Laurent Hurgon, piloto de pruebas y desarrollo de Renault Sport, repasa la exitosa historia de la marca de vehículos deportivos del Grupo Renault a través de los modelos más emblemáticos de los últimos 20 años.
El fabricante francés Renault ha presentado recientemente el nuevo Mégane R.S Ultime, una última edición limitada y de coleccionista del icónico modelo 20 años después de su lanzamiento. De hecho, para muchos, es, sin lugar a dudas, la culminación de dos décadas pasión y saber hacer desarrollados en la oficina de proyectos y el taller de Les Ulis (Francia); sede de Renault Sport (desde ahora Alpine).
Pues bien, Laurent Hurgon, piloto de pruebas y desarrollo de dicha división, ha repasado la exitosa historia de la marca de vehículos deportivos del Grupo Renault a través de sus modelos más emblemáticos.
La historia comienza con el Spider
Animada por el éxito comercial de Clio Williams, Renault Sport desarrolló el proyecto «W94«, que sorprendió al público cuando se presentó en el Salón del Automóvil de Ginebra de 1995. Hablamos del mítico Renault Sport Spider, un vehículo que rompía moldes, y que como no podía ser de otra manera, causó sensación.
Con su chasis de aluminio y su motor central trasero, este biplaza carente de techo (y en algunas versiones de luna delantera), fabricado en los talleres Alpine de Dieppe entre 1995 y 1999, era toda una declaración de intenciones.
En el año 2000 Renault Sport dio a luz el Clio R.S., que ofrecía prestaciones superiores al Renault Clio Williams con un diseño discreto.
La tercera y cuarta generación de Clio también fueron interpretados por Renault Sport aunque, quizás, la hazaña más memorable fue el Clio V6. Más que nada por su motor de 230 CV en posición central trasera y sus aletas ensanchadas. Este ‘mísil’ se ha convertido, sin duda, en toda una pieza de coleccionista; llegando incluso a alcanzar precios que superan los ¡¡80.000 euros!!
El secreto del éxito, según Hurgon
Para Laurent Hurgon, responsable del desarrollo de los diferentes modelos Mégane bajo Renault Sport, en Les Ulis no se complicaron la vida y dada la gran experiencia que tenían en el ámbito de la competición solo se dedicaron a “adaptar las lecciones aprendidas en los circuitos y en los rallys al coche de carretera”.
Por ejemplo, el tope de compresión hidráulico, que se introdujo en el Clio II R.S., una solución derivada de su experiencia en el Mundial de Rally.
Como era de esperara, los equipos de Renault Sport pronto se volcaron en el Mégane, con la misma pasión y búsqueda de prestaciones. Pues bien, el más exitoso: el R26.R, una edición especial limitada a 450 unidades que Renault lanzó de la segunda generación del Mégane. “Ese coche marcó el inicio de una nueva era para nosotros. El pliego de condiciones era sencillo. Partir de un Mégane II R.S. y desarrollarlo como un coche de competición. Así que quitamos el asiento trasero, pusimos ventanillas de plexiglás, escapes de titanio, un capó de carbono…”, explica.
Sin embargo, lo que más le gustó de dicho modelo fue la dirección a las cuatro ruedas. “La primera vez que conduje con esta tecnología, fue como redescubrir coche. Era revolucionaria y Mégane R.S. podía beneficiarse de ella”.
Una historia de récords
Como muy bien recuerda Hurgon, uno de los lugares de pruebas más utilizados por Renault Sport era el legendario circuito de Nürburgring. “Este circuito es simplemente increíble para el desarrollo. Hay todo tipo de curvas: lentas, medias, muy rápidas… Es muy exigente para el coche, el tren de rodaje y la carrocería. Todo está bajo presión. Allí realizamos muchas pruebas de resistencia… y batimos algunos récords en la categoría de tracción delantera”.
El primero de ellos lo marcó Vincent Bayle al volante del Megane R26.R en 2008. Los tres siguientes, sin embargo, los establecería el propio Hurgon. En 2011, con el Mégane III Trophy. En 2014, con el Mégane III Trophy-R. Y en 2019, con el Mégane IV Trophy-R. “Ha sido una aventura excepcional por la simbiosis de los equipos. Todo el mundo estaba unido en torno a un objetivo común. He tenido la gran suerte de ser el último eslabón de esta cadena. Es algo de lo que estoy muy orgulloso, un privilegio que nunca olvidaré”, resume.
Asimismo, otros lugares icónicos como Spa-Francorchamps o Suzuka también fueron pasto para más récords de Renault Sport.
Cuestionado sobre qué modelo le gustó más pilotar, Hurgon elige el Mégane R26.R y el Mégane IV Trophy-R. Este último porque fue el que más trabajo le dio. “Habíamos puesto el listón muy, muy alto en términos de prestaciones y su desarrollo nos movilizó al máximo. Y en el intento de récord en Nürburgring, fue el único con el que tuve que dar una segunda vuelta”.
El reciente Renault Mégane R.S. Ultime puede que ponga fin a la era Renault Sport. Pero podemos estar tranquilos. Y es que todo su saber hacer lo encontraremos a partir de ahora en los modelos actuales y futuros de la gama Alpine. Pero esa es otra historia…