El español se exhibió en Bahrein y sacó una agresividad en pista que muy pocas veces se habían visto y que puede darle unos frutos tanto a él como al automovilismo español muy beneficiosos
No vamos a engañar a nadie si decimos que el gran foco de atención de la afición española se llama Fernando Alonso. Muchas expectativas e ilusiones se colocan sobre la figura del asturiano. Pero muchos olvidan que hay otro piloto español en la parrilla que lleva años realizando un trabajo excelente. Y es que Carlos Sainz, año tras año, supera su versión anterior. Y en este 2024 tiene motivos de sobras para exhibirse como lo hizo en la primera carrera del GP de Barein.
Y es que en el trazado de Sakhir, para el estreno de la campaña, vimos a un Sainz bastante diferente a lo que estamos acostumbrados. Vimos una rebeldía y una agresividad que antes tenía que estar mucho más comedida porque su prioridad era estar contento con Ferrari, que era el equipo con que quería renovar. Pero ahora en cambio, con el fichaje de Hamilton para los de Maranello, a Carlos le da igual que haya cierto descontento en la Scuderia, por muy profesional que sea el madrileño.
Es quizás lo poco positivo que se puede sacar de la decisión de Ferrari de no renovarlo. Ahora Sainz está mucho más liberado. Su compromiso es máximo tal y como dijo en Sakhir pero no deja de ser cierto que no tiene nada que perder. Ya se lo han arrebatado. Ahora jugársela en pista puede tener menos consecuencias internas. Sin volverse locos, el único en el que debe pensar Carlos es en él mismo y eso, en un deporte tan cruel como la F1, puede ir muy bien.
Por eso mismo vimos dos hachazos muy atrevidos del español a su compañero Charles Leclerc. Un año atrás seguramente se le hubiera planteado más de una vez pero, en esta ocasión, se tiró como si se tratara de la última vuelta. Dos adelantamientos que tuvieron mucho más peso que una simple posición, y a la postre, a un podio. Significó un golpe encima de la mesa en Ferrari dejando ver que dejan escapar uno de los activos más valiosos de la parrilla actual.
«Es importante empezar la temporada bien, con una buena carrera. No por mi futuro, sino por mí mismo. El año pasado me lo pasé defendiendo y ahora quería un coche que me permitiera atacar en las carreras y no me obligara a mirar por el retrovisor», dijo tras el estreno de la temporada 2024
Así pues, que a Sainz le vaya bien en Fórmula 1 es de lo mejor que le puede pasar al panorama nacional en el motorsport. Porque Alonso, por muy bestia que siga siendo lo que está logrando con 42 años, está en su etapa final en el Gran Circo. Y de momento es que Sainz es el único que está asentado en un mundo cruel. Veremos si Pepe Martí logra aterrizar en F1 pero fácil no va a ser porque hay muy poco hueco. En cambio, ahora Carlos ese hueco lo tiene tras años de picar piedra. Hay que valorar eso. Pero sin duda alguna, más que a nosotros, el mayor beneficiado de la nueva versión de Sainz es el propio Carlos.
Un futuro lleno de opciones
Y es que al quedarse sin sitio Sainz ahora puede jugar el papel de agente libre. En 2018, antes de fichar por McLaren, se especulaba incluso que por la falta de ofertas tendría que abandonar la Fórmula 1. Ahora la situación no tiene nada que ver. Sainz dijo que está hablando con todos los equipos y que quiere tomarse con calma la decisión.
Siempre se ha hablado de que las dos opciones más llamativas es la de sustituir a Hamilton a Mercedes o liderar el proyecto de Audi. Pero con un mercado tan abierto como el actual nunca se sabe donde puede acabar. Entonces, una actitud como la de Bahrein solo abre más puertas con las que negociar y ayuda a que equipos que estén indecisos dejen las dudas aún lado. «Mi nombre está vinculado no sólo a Audi o a Mercedes, sino a todos, porque estoy hablando con todos los equipos», dijo en Bahrein.
Porque ¿a alguien le cabe alguna duda de que solo Verstappen fue mejor que Sainz en Bahrein? Una versión mostrada por la que cualquier equipo se pelearía.
Un piloto acostumbrado a callar bocas
Si a algo está acostumbrado Sainz es que se dude de sus capacidades. El autor de este artículo también tuvo sus dudas en su momento. Pero el rendimiento de Carlos calló bocas. Sin ir más lejos en Ferrari es donde más lo ha hecho. Cuando llegó se daba por hecho que sería el escudero de Leclerc. Nada más lejos de la realidad. Y es que en tres temporadas solo en la primera mitad de 2022 fue inferior, el resto estuvo muy reñido y en varias ocasiones el español estuvo por delante del monegasco. Por ejemplo, el año de su debut con los italianos acabó por delante y en la temporada pasada fue el único piloto no Red Bull en ganar una carrera.
Por otro lado en McLaren demostró que está más que capacitado para liderar un proyecto. El primer año vestido con los colores de Woking, cuando no había demasiadas esperanzas tras la marcha de Alonso del equipo británico, se puso a tirar del carro de un equipo que estaba en el pozo. Ese año superó a Norris con creces y fue el mejor de la zona media con diferencias importantes logrando su primer podio en ese 2019. Por eso con un año fue suficiente para que Ferrari le llamara para sustituir a Vettel.
Así pues, si alguien no ve posible que Sainz acabe en un proyecto TOP porque no tiene el nivel que se repase su carrera. Con tiempo, constancia y trabajo, Carlos pone las cosas en su sitio. Sobrevivió a compartir box con Verstappen, luchó con poco tiempo en Renault, lideró en McLaren y se consagró en el ‘Gran Circo’ con Ferrari, la escudería que más presión implica. Casi nada.