La exigencia en el SimRacing empieza a subir de ritmo y, aunque con mando se puede competir y disfrutar perfectamente a nivel casual, es recomendable encontrar un asiento y un volante a medida. Los videojuegos son cada vez más cercanos a la realidad, y la tecnología permite mucho más que lo que se podía encontrar en el mercado hace 20 años. Mayor capacidad de procesamiento de información, más vías de datos y un sinfín de configuraciones posibles en un volante.
Del Direct Drive al más tradicional
La década de los ’20 llega con la aparición en escena los famosos Direct Drive. A diferencia de los Logitech G29/G923 o los Thrustmaster básicos, los Direct Drive transmiten la fuerza del motor de la base de forma directa al volante, sin necesidad de correas y poleas. Esto implica una menor desincronización con el videojuego y una mejor sensación de pilotaje.
Fanatec es la marca premium en estos momentos dentro de los Direct Drive. Si bien Logitech y Thrustmaster han sacado recientemente un Direct Drive propio (Logitech PRO y el TMT Thrustmaster), los alemanes dominan el mercado con sus dos variantes de rango medio: el Fanatec CSL DD Racing Wheel (exclusivo PC y Xbox) por 700€ sin pedales, y el Gran Turismo DD Pro, por 700€ sin pedales y 850€ con pedales exclusivos.
Si queremos algo más premium, Fanatec pone a la venta el Podium DD2 Racing Wheel Formula con motor de 25nm por el módico precio de 2040€ sin pedales. Si lo queremos con pedalera, el precio se eleva a los 2440€. 25nm es una auténtica locura, y de hecho se recomienda no usar la potencia al máximo si no estás preparado para ello. Con esa potencia, la base no deja de ser un motor industrial y se necesita un botón de seta (el típico botón rojo de las máquinas industriales) como medida de seguridad.
Nota importante: vigilad que el producto incluya aro compatible. Por aro se entiende el volante puramente dicho, ya que muchos son intercambiables con el mecanismo de desconexión rápida (quick release, estilo F1). Ahí ya depende de vuestro gusto: si os gustan los aros estilo monoplaza o estilo más GT.
Fanatec pone a su disposición una amplia variedad, y la gran mayoría son intercambiables con las bases Direct Drive expuestas. Los precios varian entre los 120€ (CSL Steering Wheel P1 V2) y los 1500€ del aro Podium Steering Wheel BMW M4 GT3 (desarrollado conjuntamente con BMW). De nuevo: atención a la compatibilidad con vuestras plataformas.
¿Y los pedales?
Por último, dentro del pack premium, tenemos que irnos a las pedaleras. Por ejemplo, Logitech aporta sus propios pedales, y Fanatec los comercializa de forma paralela. Eso sí, no son los únicos fabricantes. Heusinkveld es quizá de las marcas más populares, y uno de sus productos estrella son los pedales con célula de carga.
Valorados en un rango de 200 € a 1200 €, los pedales de célula de carga te permiten ajustar la fuerza con la que el pedal del freno se mantiene rígido. Actualmente esa célula de carga puede superar los 200 kg de fuerza, y ser casi como un pedal de competición propiamente dicho. ¡La de veces que nos han explicado que los pilotos tienen que dar zapatazo al freno de no sé cuantos kilos de fuerza! Pues con estos pedales puedes sentirte piloto real, y de paso mejorar la forma física de tus piernas.
Es posible que estos precios te asusten, por lo que siempre quedarán opciones más económicas. Al mismo nivel que los Logitech G29/G930 (valorados en unos 250-280€) aparece Thrustmaster y su TMX (exclusivo para PC y para Xbox). El precio, con los pedales T2PA (2 pedales básicos), es de 270€. Eso sí, es recomendable cambiar los T2PA por los T3PA, por sensaciones y acabados, así como incluir un tercer pedal para el embrague. Estos están valorados en 140€.
Esta elección más económica implica no tener el Direct Drive, con lo que el motor interno de la base del volante usa un sistema de poleas para endurecer el giro, así como la función de vibración para notar los pianos, hierba, baches por los que pasa el vehículo en el videojuego. Pero oye, si eres un aficionado casual, este es tu rango. Hay que valorar la inversión y el uso. Porque el volante es sólo el inicio.
¿Asiento prefabricado o personalizado?
Este aspecto es muy variable. Ya de por sí, la compra de un volante es muy subjetiva. Las necesidades de cada uno influyen en gran medida, especialmente con los asientos. Y, como todo, en el mercado hay variedad. Tanto en precio como en estilo.
Ya que hemos hablado de los volantes ‘Premium’ (los Direct Drive), aquí tenemos que hablar de la imperiosa necesidad de tener un asiento personalizado en caso de usar un Direct Drive por la potencia de la base. Empresas como NWS ofrecen plataformas y estructuras estilo Ikea, en las que se puede instalar un asiento. El precio al completo de todos los elementos varia, lógicamente, pero de los 600€ es difícil que baje. Además, no viene montado, y entonces es cuando se activa el modo manitas.
Si se utiliza un volante básico, Playseat es un buen lugar donde encontrar un asiento prefabricado para usuarios casuales. Mi recomendación es evitar los que tengan barra de hierro soportando la plataforma para anclar el volante, ya que suelen impedir el buen uso de los pedales. El rango de precios es elevado, y van desde lo más básico (el Playseat Challenge que ronda los 200€) hasta lo más caro, que sobrepasa los 2500 €.
En caso que falte espacio en casa para otro trasto más, siempre se puede anclar el volante a una mesilla de comedor o de jardín, y buscar la forma más cómoda para competir. La comodidad es importante, por no decir que es fundamental. Por ejemplo, hay pilotos en el campeonato oficial de la NASCAR en iRacing que compiten sin asiento personalizado, y con volantes de gama media.
En conclusión: comprar un volante es complicado, porque se debe ajustar a las pretensiones, uso y gustos de cada uno. Es la herramienta fundamental para que la inmersión del simulador brille, y que el cliente esté contento con el producto: sentirse piloto de carreras.
Nacido y criado en el Pirineo, siempre me gustaron los coches. Me aprendí las matrículas españolas con 5 años, y soñaba con el mundo de la competición. A los 22 años decidí empezar a juntar letras y me enamoré de los V8 Supercars. Un año después debuté en MotorsTV y desde entonces he podido comentar carreras míticas en todo tipo de cadenas, como beIN Sports, Movistar MotoGP y TV3. Ahora también en modo rallies para WRC+ All Live, regreso al oficio de juntar letras.