SoloAuto tuvo la oportunidad de participar recientemente en la AMG Experiencie, la conjunción perfecta entre rendimiento, conducción y deportividad disponible para los clientes de la marca de la estrella.
En un mundo cambiante que indudablemente transita hacia la ecología, el avance de la electrificación ha acaparado el foco del mercado del automóvil. Algunas marcas han querido erradicar la combustión de sus planes estratégicos a largo plazo, aunque esa no es la intención de Mercedes-Benz ni de su branding deportivo, AMG.
En este caso, la marca alemana ha querido conjugar las virtudes que ofrece tener un apoyo híbrido en sus vehículos combinado con la potencia característica de los motores alemanes.
La F1, el mejor banco de pruebas del mundo
Ahora que Mercedes-AMG parece capaz de ganar de manera regular en F1 –como hemos visto hace apenas unos días en Austria y en Silverstone–, es indudable que la huella de la marca de Affalterbach en el llamado Continental Circus es la de un equipo dominador, que sabe hacer las cosas bien y que ha elevado a la excelencia el desarrollo tecnológico durante la era híbrida.
Pues bien, todo ese conocimiento adquirido durante su época dorada ha permitido extrapolar las virtudes híbridas a sus modelos de calle.
Y lo hemos comprobado in situ en la reciente AMG Experiencie, la emocionante excelencia de lo premium celebrada por la firma en Parcmotor Castellolí, Barcelona. Un evento en donde también pudimos ver expuesto el hypercar Mercedes-AMG ONE, una irrepetible obra de ingeniería que ha conseguido el reto de trasladar literalmente un F1 –mismo motor y mismos recuperadores de energía– a un coche de calle.
Las homologaciones, la pandemia y el brexit han provocado un retraso de 7 años en las entregas de esta bestia plateada, con solo 275 unidades en todo el planeta.
La experiencia en circuito: Test con fuego real
La mejor manera de probar un coche (casi de carreras) es llevándolo al límite, algo que por seguridad debe desarrollarse en un circuito como Parcmotor Castellolí. Un trazado de 4,1 km de longitud con una configuración técnica que permite probar las virtudes del vehículo en distintos partes del mismo. Desde en curvas rápidas hasta en frenadas fuertes.
Nuestra primera toma de contacto con la pista fue a los mandos del majestuoso C63 AMG, un coche que destaca por ser el motor de 2.0 litros con más par del mundo, ya que combinando la parte de combustión y la hibridación nos vamos a los 1020 Nm. Su longitud y peso no fueron obstáculo alguno para obtener una conducción agresiva, teniendo siempre en cuenta la gestión de las baterías a la hora de acercarnos a las frenadas fuertes.
El plato fuerte y buque insignia de la prueba, el GT 63 Coupé.
Seguíamos frotándonos los ojos cuando nos vimos en el interior del novedoso GT 63 coupé dispuestos a realizar una inolvidable tanda en Castellolí a los mandos de un motor V8 biturbo, 4.0 litros y 585CV bajo el capó.
Indescriptible sensación de deportividad y competición en un modelo de calle que nos permite encontrar los límites en la conducción bajo las fiables prestaciones de AMG.
Su punto fuerte, una tracción total completamente variable que nos permite disponer o bien del 100% de potencia en el eje trasero o bien repartir 50/50. Por cierto, incorpora de serie el Active Ride Control, un sistema que nos permite estabilizar hidráulicamente el balanceo semiactivo, reemplazando así las barras de torsión mecánicas.
El mejorado Launch Control, a examen
Con las pulsaciones todavía por las nubes gracias a la experiencia GT en circuito, la AMG Experience On Track, se nos propuso negociar un circuito de conos con el nuevo Mercedes A45, con el que pudimos comprobar directamente la agresividad del sistema de arranque, el launch control, mientras nos movíamos rápidamente en un entramado de conos.
Como curiosidad, el coche permite memorizar e introducir circuitos en el ordenador a bordo, pudiendo incluso guardar nuestros mejores registros y disponer de un delta (diferencia de velocidad y tiempo) en directo para comparar nuestro rendimiento con vueltas anteriores; algo que suele estar únicamente presente en coches de competición. Genial, ¿verdad?
La electrificación más deportiva a examen
Para una marca como Mercedes sería muy osado obviar que la electrificación sigue avanzando en el sector, aunque muchas otras – como bien ellos también reconocen– han echado el ancla levemente y han empezado a escuchar más al consumidor. Eso no quita que el segmento deportivo de Mercedes-AMG no haya avanzado y apostado por ciertos modelos 100% eléctricos.
“AMG goes electric” era el eslogan de la última parte de nuestra experiencia con AMG. Por eso pudimos poner a prueba el EQE 53, del que nos sorprendió su buen manejo en la entrada y salida de las curvas contando su peso, 2.500 kg., así como su instrumentación y display autónomas para el copiloto.
El volante consta de levas. No para cambiar de marcha si no para elegir los distintos modos de gestión de la electricidad, algo importado de F1. Y desde el modo de recarga total al modo race, donde podemos extraer durante un breve periodo de tiempo las prestaciones del coche.
En resumen, interesante y muy deportiva jornada en Castellolí en la que experimentamos de primera mano que la apuesta de Merdeces-AMG para el corto y el medio plazo sigue siendo la combustión; aunque de la mano y con la asistencia de lo híbrido, escuchando a un demandante mercado.