Si tuviéramos que confeccionar una lista con las 10 carreteras más emblemáticas del mundo, el «Passo dello Stelvio» sería un firme candidato a estar en los primeros puestos. Este famoso puerto de montaña italiano, situado a 2.757 metros sobre el nivel del mar, es el segundo más alto de los Alpes con pavimento (y el tercero si incluimos el Col de la Bonnette en Francia).
En la actualidad, se puede acceder a su cumbre por tres carreteras: dos desde Italia y una desde Suiza. La más célebre es la vertiente de Trafoi, al este, conocida por sus 48 horquillas que han hecho de esta ruta una leyenda. Es, sin lugar a dudas, el tramo que todo amante de la carretera debería recorrer para poder decir que ha conquistado el icónico Passo.
Nuestros amigos de Shad – marca de complementos para la moto – nos han sugerido una ruta espectacular para disfrutar del Stelvio sobre dos ruedas. Sin embargo, nosotros hemos tenido la oportunidad de recorrerla en coche y, aunque el viaje tiene un encanto particular en cualquier tipo de vehículo, sus recomendaciones y sugerencias son igual de valiosas.
Día 1 camino al Stelvio
Comenzaremos nuestra aventura en Génova, un punto de partida ideal para acercarnos a las impresionantes montañas italianas, concretamente los Dolomitas. Desde Génova, tomaremos la autopista hacia Piacenza y Vicenza, y luego continuaremos por autovía hasta la zona de Ponte Nelle Alpi, donde pasaremos la noche según disponibilidad. Para los que buscan una ruta más desafiante, existe un trayecto alternativo que atraviesa Asiago, Foza y Primolano, pasando también por Villabruna, Cesiomaggiore y Paderno, con espectaculares vistas a los Dolomitas de Bellunesi.
Día 2
En el segundo día, recorreremos el valle di Cadore, explorando la SP251 y la pintoresca SP347. La región del lago di Cadore ofrece una excelente selección de alojamientos y es un lugar perfecto para descansar en medio de un entorno montañoso. Desde Santa Caterina, tomaremos un desvío hacia Austria, disfrutando de cascadas y pistas de esquí en un recorrido circular.
En Dobbiaco (Toblach), utilizaremos la SS51, una carretera en muy buen estado, para llegar al popular punto turístico donde se encuentran las «Tres Cimas», con unas vistas impresionantes y el lago de Landro reflejando sus picos. Más adelante, nos desviaremos hacia el lago Misurina, conocido por sus propiedades terapéuticas y su uso histórico en el tratamiento de enfermedades. Desde Misurina, también se puede acceder al parque de las Tres Cimas, aunque hay un peaje, así que prepárate para este gasto adicional. Finalizaremos el día en Cortina D’Ampezzo, un lugar ideal para descansar.
Día 3
Desde Cortina, nos dirigiremos al Passo Falzarego, y a pocos kilómetros tomaremos la SP638 hacia el magnífico Passo Giau. En el camino, disfrutaremos de vistas del puente de Ru Curto. Esta carretera es memorable por sus curvas y el espectacular cambio de paisaje conforme ascendemos, con vistas panorámicas impresionantes desde la cima.
Nuestro siguiente destino será el Passo Pordoi, situado al otro lado de la Marmolada con el Piz Boé a nuestra derecha. Descenderemos por una sinuosa carretera hasta llegar a Canazei, donde pasaremos la noche.
Día 4
Hoy es el gran día en el que finalmente alcanzaremos el Passo dello Stelvio. Partiremos de Canazei y tomaremos la SS48 hacia Vigo di Fassa, donde subiremos al Lago di Carezza. En el descenso hacia Bozen, seguiremos la SS241, y encontraremos la pequeña carretera LS 132 a la derecha, una ruta más turística y estrecha que pasa por un observatorio y varias áreas artesanales.
Después de cruzar Bozen, recomendamos tomar la carretera interior hacia las afueras de Meran, disfrutando de pintorescos pueblos como Nals, Tisens y Narano, así como de los vastos campos de manzanas, base de los deliciosos Snaps locales.
Desde Meran, continuaremos hacia el oeste por la SS38 hasta llegar a Spodigna. Aquí comenzaremos a ver señales que nos guiarán hacia el Stelvio. Desde Trafoi, comienza el desafío: 48 curvas de 180 grados, cada vez más cerradas. Si no tienes mucha experiencia con este tipo de giros, te sugerimos practicar antes del viaje. Aunque, al ser en subida, los giros pueden ser un poco más manejables que en descenso.
Una vez en la cima, aprovecha para hacer unas compras, disfrutar de un café y tomar la foto de rigor en el cartel. Luego, descendemos hacia Bormio. Si hay muchas motos, el cartel de bajada suele estar menos concurrido. Finalmente, pasaremos la noche en Bormio, donde podremos revisar las fotos y descansar tras un viaje inolvidable.