Citroën nos ofrece el equilibrio perfecto entre la estética SUV, la buena movilidad en cualquier terreno y la modularidad y espacio de un monovolumen medio
Lo cierto es que, si buscas un SUV al uso, este Citroën C5 Aircross está un poco fuera del concepto clásico, pero también es una alternativa muy a tener en cuenta si, además de querer un crossover, necesitas de un coche de claro concepto familiar.
Sus dimensiones de 4,5 metros de largo, 1,84 de ancho y 1,6 de alto, además de la batalla de 2,73 metros con las ruedas situadas muy en los extremos, lo sitúan en el segmento SUV medio, pero en este caso le aseguran una funcionalidad de primer orden en relación con sus rivales.
Filosofía monovolumen
Porque este C5 Aircross es uno de los pocos SUV con una clara apuesta hacia la modularidad, especialmente, si nos fijamos en su segunda fila de asientos.
Las plazas traseras son amplias, altas y están compuestas por tres banquetas independientes prácticamente iguales, con regulación de desplazamiento longitudinal e inclinación del respaldo, además de tener un espacio para los pies completamente plano. Esta es una solución muy de monovolumen.
Plazas confortables, diseño práctico
Las plazas delanteras tienen las mismas formas cuadradas de las traseras, aunque con unas dimensiones más generosas y que les garantizan un confort notable, aunque con poca sujeción lateral.
El diseño del tablier cuenta con formas cuadradas, pero de líneas redondeadas, donde pocos ángulos podremos apreciar. Esto se repite en cuanto al diseño de sus guanteras y huecos, que en general son numerosos y de buen espacio.
Equipamiento Shine
El cuadro de mandos principal en este acabado es digital de 12”, además de ofrecer una función de personalización en sus estilos y menús de control.
Delante tenemos un volante multifunción con los mandos principales sobre los radios, que se complementa con un mando trasero independiente para el control de los programas del cruise control y el mantenimiento de carril.
Maletero para familias
En cuanto al maletero, también se aprovecha del concepto modular para ampliar sus excelentes 580 litros de salida a los 720 si adelantamos los asientos y a 1.630 litros si los abatimos completamente.
Además, cuenta con un piso de doble altura, una bandeja cubremaletero rígida y la posibilidad de montar una rueda de recambio de tipo galleta. Así pues, estamos ante una solución ideal para familias con necesidades de espacio.
Un concepto SUV diferente
Ya hemos visto que la funcionalidad y el confort son unos de los pilares de su diseño y que, por ende, también tiene su continuación en cuanto a comportamiento. Este Citroën C5 Aircross apuesta por ofrecer una suspensión con amortiguadores progresivos hidráulicos, con topes de extensión y compresión, que se traduce en un esquema realmente elástico.
No podríamos definir su compromiso como blando, porque al inicio de su recorrido es más bien firme, aunque luego tienen una enorme capacidad de absorción de las irregularidades, lo que se traduce en una excelente calidad de marcha. Si a eso se le suma el buen aislamiento general del vehículo, se consigue uno de los mejores compromisos del segmento.
Eficaz a pesar de todo
Sin embargo, a pesar de este compromiso, esta suspensión también es capaz de mantener dentro de unos valores lógicos las inclinaciones de carrocería. Es cierto que tiene una cierta basculación lateral en las curvas y frontal en las frenadas, pero asegura una buena estabilidad y eficacia de marcha.
Las limitaciones llegan por el peso del conjunto y por una dirección muy asistida, que no acaba de transmitir todo el feeling que nos gustaría en este tipo de situaciones.
Off-road con ayudas, se defiende
En cuanto a su comportamiento off-road, está muy limitado, ya que Citroën decidió prescindir de un esquema de tracción total para toda la gama C5 Aircross.
En este caso nos tendremos que conformar con un esquema de tracción delantera y opcionalmente (solo 450 euros) el programa de modos de conducción denominado Grip Control, pensado para optimizar el control de tracción según las superficies.
Modos variados
El primero de todos es el modo Normal o de Carretera, que se conecta por defecto al arrancar el coche, pero luego podemos pasar por los modos de Nieve activo hasta los 50 km/h, el modo Off-road (para tierra barro o hierba), el modo Arena (ambos disponibles hasta 80 km/h) y la función modo ESP Off , con el que se deja al conductor toda la responsabilidad de la capacidad de tracción y guiado del vehículo.
De todas formas, no hay duda de que este Grip Control es un sistema mucho más efectivo que el control de tracción delantera convencional, pero no llega a adquirir el compromiso motriz de una tracción total. A cambio, si combinamos este Grip Control con unos neumáticos M+S más especializados que la monta de serie, seguro que el rendimiento en pistas y situaciones complicadas mejorará bastante. No obstante, la larga batalla y las suspensiones, que no tienen mucho recorrido, nos limitarán bastante en zonas complicadas.
Motor y cambio, buenos amigos
En cuanto al motor, esta unidad equipa el propulsor gasolina 1.2 de tres cilindros turbo de 130 CV. Se trata de un motor muy voluntarioso, de los mejores tres cilindros que hemos probado por la suavidad de marcha y carácter a bajo y medio régimen.
Claro que a eso también contribuye el cambio automático de ocho relaciones, un cambio muy aconsejable por su confort de marcha y eficacia si realmente necesitas una caja automática, pues es capaz de garantizar una notable suavidad de marcha, así como una respuesta más contundente llegado el caso.
Aliados de eficacia y seguridad
El modo secuencial, con levas al volante, no es especialmente rápido, pero permite en ciertos momentos mantener un mayor control de la respuesta del vehículo.
La electrónica de este binomio se completa con dos funciones activables extras, que es el modo Sport, que actúa sobre la respuesta del acelerador y del cambio automático y el modo Eco, que, en busca de una reducción de consumos, también hace lo propio, aunque en sentido inverso al modo Sport.
Gasto y coste
De todas formas, su consumo es algo elevado. El fabricante anuncia un gasto de 6,9 litros de media, un valor que nos ha costado mucho lograr aun en conducción relajada. Lo normal es que el gasto de esta variante se mueva en torno a los 7,5 o 7,8 litros en una conducción tranquila y si nos pasamos, es fácil subir a los ocho litros.
Por último, nos quedaría hablar de su equipamiento, en este caso del Citroën C5 Aircross 130 Shine EAT8, que es el más alto de la gama y tiene una dotación completa, tanto en el plano funcional como de seguridad. En general, con sus 31.800 euros es un modelo muy ajustado en su relación precio-producto, además de disponer de uno de los motores más versátiles de la gama.
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