La relación de una persona con su vehículo puede ser muy estrecha. No solo por la cantidad de kilómetros que podemos hacer en los numerosos viajes que efectuamos, sino por la cantidad de años que llegamos a compartir junto a él. El otro día, comentábamos aquí en Solo Auto que la vida media útil en España de un turismo ronda los 12 años. Tiempo suficiente para cogerle todo el cariño del mundo, hasta el punto de poner apodo al coche de nuestra vida.
Quizás por eso, muchos de nosotros acabamos por llamar a nuestro coche con un apodo cariñoso que, a menudo, va en función de las características del vehículo. Precisamente, Direct Seguros así lo constata con un estudio que llevó a cabo a través de las redes sociales. La aseguradora constató que uno de cada cinco españoles apoda a su coche con un nombre cariñoso. Una cifra muy significativa que muestra el afecto de nuestros compatriotas por sus coches.
Poner apodo al coche con nombres raritos….
Del estudio efectuado por la aseguradora, se desprende que un 25% lo hace con un nombre propio, ‘Braulio’, por ejemplo, en homenaje a familiares, o ‘Flash Gordon’ en alusión a ídolos de la infancia. Entre ellos, nombres como ‘Manolo’ o ‘Fabrizzio’ triunfan sustancialmente.
El 17% de los encuestados le pone nombre a su coche en función del color. De ahí surgen nombres tan sugerentes como ‘Copito de nieve’, ‘Tomatito’ o el popular ‘Pitufo’. Con un porcentaje algo menor, el 13% de los españoles le ponen nombres cariñosos por aquello de que fueron testigo de los primeros besos, las escapadas sonadas con amigos, las complicadas mudanzas y demás momentos que marcan la vida de cualquiera. Ahí localizamos apodos que rozan la cursilería más absoluta, pero que ahí están y que forman parte del colectivo español: ‘Amorcito’ o ‘Cari’.
La «marquitis» se impone
Sin embargo, hay quien opta también por razones corporativas y decide bautizar a su vehículo según la marca y el modelo que posee. Tanto es así que, según el informe algunos se decantan por: ‘Golfito’, ‘Forito’, ‘Ibicita’, ‘Leoncito’, ‘Focusín’ o ‘Puntito’. “Un 12% de los conductores decide seguir esta tendencia sin olvidar nunca ese diminutivo obligatorio”.
Finalmente, está ese 15% que hace alusión a la antigüedad, tamaño y velocidad del automóvil. De este, el 8% lo nombra ‘Cacharra’, ‘Abuelo’ o nombres de este tipo, en relación a sus años. Otro 8% alude a su tamaño. Así surgen nombres como ‘Pequeñín’, ‘Chiquitín’, ‘Big’ o ‘Tamagochi’. Finalmente, un 7% hace referencia a la velocidad, donde nunca falta: ‘Bala’, ‘Tortuga’ o ‘Bólido’.
¿Y tú? ¿Cómo llamas a tu coche?
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