En el pasado GP de Miami la Scuderia corrió con un diseño con tonalidades de azul con la llegada de un nuevo patrocinador pero no es la primera vez que los de Maranello corrieron con coche que no fuera totalmente con su inconfundible rojo
Todo lo que pase alrededor de Ferrari es noticia. Y en este 2024 no puede ser más cristalino. Empezaron el año anunciando la llegada de Lewis Hamilton a partir de 2025 y ahora, con la posibilidad de quedarse con los servicios de Adrian Newey, -y quien sabe si, como se dice, también los de Jonathan Wheatley- todos los ojos están puestos en la escudería italiana. Pero en el pasado GP de Miami fueron protagonistas no por nombres propios, sino por el diseño de su SF-24.
El coche estuvo diseñado con tonalidades de azul como resultado de la nueva unión con un nuevo patrocinador y para celebrar los 60 años desde que la marca italiana aterrizó en el mercado estadounidense. En el coche no se notaba tanto pero la indumentaria de los pilotos y de los integrantes del equipo era totalmente azul.
No obstante, no es la primera ocasión en la que Ferrari, la escudería más laureada de la historia de la Fórmula 1, cambia su diseño. A continuación os dejamos con algunos de los diseños históricos de los de ‘Il Cavallino Rampante’.
El coche de Indianápolis
En 1952, en su primera temporada como campeón del mundo, Alberto Ascari tomó la decisión de probar suerte en las 500 millas de Indianápolis. Para la ocasión, el propio Enzo Ferrari construyó el especial Ferrari 375 con un anillo azul en el final del morro. El azul para Ascari era un amuleto de la suerte y en todas sus carreras vestía de ese color, que hacía conjunto con su casco. Por ello en Maranello tuvieron ese gesto con su piloto.
En 1956, Fangio pudo correr con un morro pintado con amarillo y azul en su D50 en algunas carreras
Los Ferrari amarillos
La Scuderia ha tenido un coche completamente amarillo hasta en dos ocasiones a lo largo de la historia. La primera fue en el GP de Bélgica de 1958 y la segunda también fue en Spa-Francorshamps tres temporadas más tarde. Este coche formaba parte del equipo oficial de la fábrica, pero contaba con el apoyo del importador belga Jacques Swaters, de ahí los colores nacionales belgas. En la carrera de 1961, Gendebien y su 156 F1 terminaron en cuarta posición, completando una histórica barrida de los cuatro primeros puestos para la Scuderia Ferrari.
El Ferrari blanquiazul
Este Ferrari icónico solo se vio en las dos últimas carreras de la temporada de 1964, en Estados Unidos y México. Enzo Ferrari prescindió del tradicional rojo como protesta, en una disputa con la federación italiana de automovilismo, ya que consideraba que no facilitaban la homologación como coche GT del Ferrari 250 LM para ser utilizado en carreras de resistencia. Así pues, Enzo decidió entregar su licencia de competición de la federación italiana y dejar que el importador de EE.UU., Luigi Chinetti, inscribiera a John Surtees y Lorenzo Bandini bajo su bandera N.A.R.T. (North American Racing Team).
La banda amarilla
Es algo que se ha visto varias veces en el Ferrari pero la primera vez que se vio fue en el GP de Bélgica de 1968 como un guiño a Shell, uno de los patrocinadores históricos de los de Maranello. A Jacky Ickx le gustaba especialmente esta combinación de colores y se aseguró de que se mantuviera en la carrocería del 312 F1-68 hasta el final de la temporada.
El negro en señal de luto
En otras ocasiones mucho más desagradables Ferrari también cambió su livery para conmemorar tragedias o el fallecimiento de personajes famosos. Por ejemplo, en septiembre de 2001, en el GP de Italia Schumacher y Barrichello corrieron con el morro negro y sin pegatinas en honor a los fallecidos durante el atentado en Nueva York contra las Torres Gemelas. En Bahrein de 2005 también pintaron el morro de negro en honor al Papa Juan Pablo II, fallecido unos días antes.
Otros cambios espontáneos
Más recientemente, ha habido al menos un cambio de diseño por temporada. En el Gran Premio de Austria de 2022, el equipo celebró el 90º aniversario de la primera aparición en una carrera del emblema del Cavallino Rampante, por aquel entonces en los Alfa Romeo de la Scuderia, colocando una réplica del emblema original en los F1-75 pilotados por Charles Leclerc y Carlos Sainz. Ese mismo año, en el Gran Premio de Italia en Monza, los coches y el kit del equipo lucieron algunos destellos de amarillo, el segundo color de la Scuderia, elegido por Enzo Ferrari por sus vínculos con la ciudad de Módena. También había un gran «75» en la cubierta del motor, representando el número de años desde la fundación de la compañía. En 2023, en Monza, el SF23 también lució un poco de amarillo, reconociendo el ADN de carreras de Ferrari, al igual que el 499P que ganó las 24 Horas de Le Mans en el regreso de la marca a la principal categoría de resistencia. En Las Vegas, la carrocería se pintó de blanco y rojo para evocar la primera época dorada de la Fórmula 1 en América.