Que Charles Leclerc es la gran apuesta y líder de la actual Ferrari es algo que todos damos por hecho. Sin embargo, desde su aterrizaje a la Scuderia en 2019 han pasado más de cuatro temporadas llenas de frustración y este quinto no apunta a un mejor desenlace. Y, como es entendible, la paciencia de una persona tiene un límite hasta tal punto que se despecha contra personas que no tienen ningún tipo de culpa.
Sin ir más lejos, en el Gran Premio de Australia, Carlos Sainz Jr vio como el monegasco le recriminaba en público de malas formas como lo ‘había molestado’ durante su vuelta rápida en vez de darle el rebufo que habían acordado previamente. Nada más lejos de la realidad, en ese sector Leclerc marcó el mejor tiempo de todo su fin de semana. Por lo tanto, muy en el medio no estaba Carlos. No obstante, su vuelta acabó siendo peor que la del madrileño y acabó en séptima plaza. Posición peligrosa para una salida que acabó con el subcampeón del año pasado en la grava. Llevaba todo el fin de semana sufriendo, siendo un pelín más lento que Sainz, pero por A o por B, el mea culpa lo tardó en entonar.
Después de un año donde esperaban volver a la lucha por el título, las primeras carreras han sido un calvario para ‘Il Predestinato’. Lleva tan solo seis puntos en tres citas del calendario. Un bagaje que no tiene nada que ver con el del año pasado, donde conquistó dos triunfos y acabó segundo en el otro. En 2022 era líder del Mundial destacado a estar alturas. Ahora el panorama no tiene nada que ver. Poco a poco el piloto se va quemando y exteriorizarlo cada vez le cuesta menos. Su accidente con Stroll es otra prueba irrefutable. Iba a la desesperada por fuera sabiendo a lo que se exponía. En un momento de control, teniendo en cuenta lo cauto que es en ese sentido, no se la hubiese jugado ni en broma.
Muchos años asumiendo
Leclerc ya llegó a la Fórmula 1 con la etiqueta de campeón del mundo potencial. El que devolvería a Ferrari a la gloria. Por muy bien que arrancara, es una presión que consume poco a poco. En años anteriores no tenía el mejor coche pero él se las apañaba para ir sacando algún triunfo pero la gran oportunidad llegaba el año pasado con el cambio de reglamento.
Parecía que los de Maranello habían dado con la tecla y el inicio fue inmejorable como hemos dicho antes. Pero claro, luchar por el título implica una presión extra que no todos pueden gestionar a la primera. Y aún menos con Max Verstappen, alguien que se las ha tenido hasta al final con el heptacampeón del mundo Lewis Hamilton. Max fue mejor que Charles pero, sin duda alguna, Ferrari fue mucho peor que Red Bull. En la balanza de culpabilidad, claramente pesa más el papel del equipo italiano y las decisiones en el muro.
Por eso, cuando llega tu quinto año, después de estar en la pomada la temporada anterior, esperas que esté otra vez dando guerra. Se ha encontrado un coche que tiene una degradación que aniquila las gomas del Ferrari y en términos de rendimiento ya es que no sean segundos, es que son el cuarto equipo. Mercedes ya terminó muy a la par en 2022 y les ha rebasado mientras que Aston Martin de la nada se ha colocado como segunda fuerza tras Red Bull. Este paso atrás es otra puñalada a las esperanzas de Charles y el dolor moral es evidente. Es entendible que su enfado se haga palpable.
La llegada como héroe
Ferrari está inmersa en la segunda peor racha de su historia. Lleva desde 2007 sin conquistar el título de pilotos y un año menos desde que no consigue el de constructores. Para la escudería más laureada de la historia es un auténtico drama. Pero Leclerc venía para devolverlos a lo más alto y de momento son cinco años de sequía.
Lo peor es que empezó a las mil maravillas. En su primer año ya fue más competitivo que Charles Leclerc consiguiendo 2 triunfos y siendo mejor que Sebastian Vettel. Una vez se marchó el alemán, él pasó a ser el auténtico líder. Pero monoplazas que no estaban al nivel esperado lo han ido consumiendo. Solo ha conseguido cinco victorias en todo este tiempo. Para un piloto de su calibre es un resultado muy pobre y alejado de la ilusión que creaba.
Es comprensible que él tampoco mantenga la ilusión y la confianza intacta. Las discusiones por radio el año pasado con el muro eran cada vez más avivadas, discusiones públicas como en Silverstone tampoco se trataron de esconder mucho y la cabeza de Binotto acabó rodando por algo. Ahora con Vasseur, que ya fue su jefe en Alfa Romeo dándole todo el apoyo necesario, se espera que no le falta de nada. Pero la realidad es que a este Ferrari no le sobran cosas, más bien lo contrario.
Leclerc era el elegido, ‘Il Predestinato’, pero termina contrato en 2024 y no se descarta nada sobre su futuro. Si Ferrari sigue a este nivel y la frustración provoca más errores de pilotajes inusuales en Charles, no es descabellado pensar en que opten por una alternativa. Precisamente la Scuderia vivió en primera persona lo que es sufrir un lustro para implantar una hegemonía histórica. No sé si os suena Michael Schumacher con Jean Todt y Ross Brawn a los mandos. Veremos si la historia es tan caprichosa como para repetirse.
Viviendo el sueño de dedicarme al periodismo deportivo. Mi día a día está en la redacción de Mundo Deportivo siguiendo todo tipo de deporte, aunque sin duda mi gran pasión es el olor a gasolina. Con la suerte de haber trabajado en el terreno, sigo con la voluntad de aprender y crecer día a día con el mundo de las carreras a mi lado. Aún queda mucho para ver la línea de meta y solo queda dar gas.