Estos días se está hablando mucho del carro de combate Leopard y desde Solo Auto hemos querido analizarlos y nos hemos dado cuenta que sus cifras son alucinantes.
Cuestan 8 millones de euros cada uno, pesan 55 toneladas y pueden resistir ataques nucleares, químicos y biológicos. Estas bestias acorazadas se han convertido en la gran esperanza ucraniana. Desde su aspecto a sus cifras, todo en los Leopard es abrumador…
La terrible deriva que está alcanzando la guerra en Ucrania ha llevado al gobierno de Kiev a solicitar de sus aliados occidentales, entre ellos España, el envío de los que están considerados los mejores carros de combate -jamás “tanques”, por favor- del mundo, los Leopard 2. Unas máquinas con las que los ucranianos están convencidos de poder frenar el avance ruso y que resultan tan abrumadoras en sus cifras como letales en el frente.
Más allá de los prejuicios sobre su función, las descomunales prestaciones y potencia de los Leopard los convierten en unas verdaderas obras de arte de la ingeniería, cuyos rasgos principales merecen ser conocidos por los amantes del motor.
Ilustres veteranos
Los modelos Leopard que España está dispuesta a mandar a Ucrania son los 2A4, dos generaciones más antiguas que los más modernos 2A6 y que se reconocen por los bordes delanteros verticales de su torreta frente a los inclinados de éstos últimos.
Los Leopard son unos carros de combate -insisto: jamás “tanques” por favor- que nuestro país compró en los 90 como transición hasta la llegada de la versión más moderna denominada 2A6 2E -la E porque está fabricada bajo licencia en España- la cual se entregó a las Fuerzas Armadas en 2008.
Al llegar éstos -que son los que, en la actualidad, España tiene desplegados en los puntos considerados estratégicos y en una misión internacional en Letonia- los viejos 2A4 fueron retirados y almacenados a la espera de darles un destino lejos de las unidades punteras. Algunos de ellos fueron transformados en carros para pontoneros, zapadores o unidades antiaéreas -labores de apoyo para los que siguen siendo perfectamente válidos- y otros languidecían al sol tras haber sido vaciados de electrónica, elementos de tiro, fluidos hidráulicos y baterías.
Claro que todo lo desmontado puede volver a montarse y de hecho justamente esto es lo que España está haciendo con la finalidad de entregar 53 de ellos perfectamente operativos al ejército ucraniano. Y conviene señalar que, pese a tratarse de un modelo relativamente antiguo, los 2A4 siguen siendo unas bestias de guerra temibles, claramente superiores a los veteranos T-72 de desarrollo soviético que Rusia ha movilizado hasta la fecha en Ucrania. (El carro estrella ruso, el T14 Armata, considerado uno de los más avanzados del mundo sigue -afortunadamente para los ucranianos- durmiendo en los cuarteles).
En resumen, que pese a su veteranía, en manos de una tripulación que sepa lo que se hace y bien coordinada con otras unidades, los “viejos” 2A4 pueden hacerle aún mucho daño a las huestes de Putin.
En el vientre de la bestia
Un carro de combate es un sistema de armas en el que éstas tienen toda la prioridad y no está diseñado para ser cómodo sino efectivo. En este sentido, el interior de un Leopard no es apto para claustrofóbicos; repleto de pantallas, sensores y ordenadores, el calor es siempre sofocante -no dispone de aire acondicionado- y el ruido resulta en todo momento tan ensordecedor que los tripulantes han de llevar permanentemente un casco con intercomunicadores para hablar entre ellos. Un casco que, al mismo tiempo, les sirve de protección contra los frecuentes golpes de la cabeza contra las aristas de acero del habitáculo.
La carrocería/blindaje está fabricada en una aleación de acero, tungsteno y material cerámico de 130 a 80 mm de espesor según zonas y sus dimensiones (sin contar el cañón) son 8,50 metros de longitud, 3,75 de ancho y 3 metros de alto.
En este cubículo conviven y trabajan 4 personas: un comandante -el máximo responsable de todo lo que ocurre en el carro-, un artillero -el encargado de apuntar y disparar el enorme cañón-, un cargador -se ocupa de mantener y recargar en cada momento la munición adecuada- y un conductor, que va sentado en la parte delantera derecha. En sus periodos de adiestramiento los ocupantes llegan a estar incluso 48 horas seguidas sin salir del interior.
¡Déjame conducir!
Para poder conducir un Leopard, el soldado aspirante debe pasar un curso teórico de cuatro semanas y un práctico de otras dos en el cual se lo someterá a todo tipo de retos de conducción y control del monstruo de acero en las más variadas condiciones. Buena parte de este aprendizaje se realiza en la actualidad en simuladores de realidad virtual que reproducen con total exactitud el comportamiento del carro de combate. Al aprobar el curso recibirá un carnet denominado “F Leopard” que le habilita ante el resto de colegas militares de la OTAN como conductor de Leopard.
Una vez en su ubicación el conductor ocupa la parte más espaciosa de la angosta barcaza, en un asiento regulable en altura y generalmente guía el carro sacando la cabeza directamente al exterior a través de la correspondiente escotilla.
En caso de no poder hacerlo -como en condiciones de combate- dispone de un sistema de periscopios y dos pequeñas ranuras de apenas 20 cm como referencia de visión directa.
Además cuenta con cámara de visión trasera y un visor térmico que se usa de noche y cuando hay baja visibilidad.
El carro de combate se conduce a través de un pequeño volante de forma trapezoidal, un pedal de freno y un pedal del gas pero la similitud con un automóvil termina ahí; la direccionalidad se obtiene bloqueando la oruga del lado al que se quiere ir, por lo que hay que ser muy preciso para no sacarla de sus anclajes.
Las cifras del carro Leopardo
- El 2A4 es un carro de combate de origen alemán que la muniquesa Krauss-Maffei fabricó en sus controladísimas instalaciones de Allach entre 1985 y 1992.Va propulsado por un motor MTU Mb 873 ka 501 Turbodiesel V12 de 47.900 cc y una potencia de 1500 CV con su par máximo a 2.600 rpm.
- Equipa una caja de cambios automática RENK HSWL 354 con 4 gamas hacia delante y 1 hacia atrás. El conjunto motor-cambio pesa cinco toneladas, es modular y se puede sustituir en menos de media hora soltando cuatro tornillos y con la ayuda de una grúa.
- Cada una de sus orugas Diehl 570F está formada por 82 eslabones.
- Su velocidad máxima en llano es de 72 km/h y de 51 km/h en campo a través. Tiene una autonomía de 550 kilómetros gracias a los 1.160 litros de capacidad de sus cuatro depósitos de combustible. El consumo medio es brutal; de unos 3 litros por kilómetro, que pasan a ser 5 rodando campo a través. El motor del Leopard es multicombustible, algo habitual en vehículos militares. Esto quiere decir que puede adaptarse al consumo de varios tipos de gas-oil e incluso de gas-oil mezclado con gasolina convencional o de aviación.
- Los frenos son capaces de detener las 55 toneladas de peso lanzadas a 70 km/h en algo menos de 35 metros gracias a un sistema hidroneumático con retardador, sumado al agarre natural del sistema de orugas. Se accionan a través de un pedal mecánico de doble disco y cuenta también con freno de mano. El Leopard puede superar obstáculos verticales de 1,10 metros de altura, pendientes del 60% y zanjas de 3 metros de profundidad. Sin snorkel es capaz de vadear 1,30 metros y con snorkel hasta 4 metros.
- El precio de cada unidad está alrededor de los 8.000.000 de euros aunque puede variar en función de equipamiento accesorio como blindaje reactivo, cámaras de visión nocturna de largo alcance o sistema de guiado de misiles. Va armado con un Cañón Rheinmetall L44 calibre 120 mm, almacena 42 proyectiles y una ametralladora coaxial MG31 con 2.000 proyectiles. Puede atravesar un blindaje de acero de 560 mm a 2000 metros y alcanzar objetivos a 5 kilómetros.
La cosa va de felinos
- Es habitual que la industria alemana de armamento ponga a sus carros de combate más pesados, potentes y sofisticados nombre de felino.
- El primero en inaugurar esta llamémosle tradición fueron los Panzer VI Tiger y KönigsTiger de 1941. Junto a éstos combatió hasta el final del conflicto el Panzer V Panther de 1943.
- El primer Leopard 1 aparece en 1965 como primer desarrollo nacido de la Guerra Fría y no de la Segunda Guerra Mundial. Porsche intervino directamente en el diseño de este carro.
- El Leopard 2, así sin más siglas, fue entregado por la Krauss-Maffei en 1972.
- El 2A1 fue el siguiente de la saga y su producción fue breve; de 1983 a 1984.
- Los 2A2 y 2A3 eran esencialmente modelos 2A1 pero con mejoras en la electrónica y en la óptica. Estuvieron en producción hasta 1985 cuando fueron sustituidos por el 2A4.
Periodista de motor desde hace casi 30 años. También viajo, hago radio, me defiendo con la cámara de fotos, soy un apasionado perico... y tengo un gato que se llama Palpatine. Reivindico el uso realista, responsable y sin dogmatismos del automóvil y de la moto; en ellos viajan el progreso, la libertad y los sueños.