Prueba Kia Rio 1.0 T-GDi GT Line, minihibridación inteligente
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Probamos el nuevo Kia Rio en su variante de hibridación ligera, una alternativa real por precio, equipamiento y funcionalidad dentro del segmento de las berlinas compactas
Estamos ante la primera revisión realizada sobre la cuarta generación del Kia Rio 2017, un modelo que se actualiza a nivel estético, de equipamiento y que se dota de unas mecánicas de hibridación ligera realmente equilibradas, en especial la que hoy probamos, la variante Kia Rio 1.0 T-GDi de 120 CV.
Se trata una tecnología de sobras conocida que equipa un circuito eléctrico independiente de 48 voltios con una pequeña batería y un motor eléctrico secundario -que también actúa como generador- y que se une al motor térmico mediante un sistema de correas para dar apoyo prestacional en momentos puntuales. En ningún momento este pequeño propulsor eléctrico es capaz de mover el Rio de forma completamente eléctrica si no que es un simple apoyo para el bloque motor de tres cilindros gasolina de inyección directa y turbo.
La versión más potente del Kia Rio
Este sistema de minihibradiación garantiza una potencia de 120 CV y 200 Nm (también hay una versión de 100 CV y 172 Nm) y de paso garantiza la etiqueta ECO de la DGT.
Además, esta unidad equipa un cambio manual de seis marchas con el embrague pilotado denominado iMT. Se trata de un embrague monodisco de accionado por pedal como el del cualquier cambio manual, (este modelo también puede montar un cambio automático pilotado DCT de doble embrague) solo que en este caso tiene un sistema robotizado de desconexión que actúa circulando en modo ECO para reducir la fricción y el arrastre de elementos no necesarios cuando no estamos acelerado y se vuelve a conectar otra vez en cuanto tocamos cualquier pedal.
Consumo real dela prueba Kia Rio 1.0 T-GDi GT Line
Este sistema, junto a la utilización de la electricidad acumulada en la batería de 48V permite reducir los consumos, que el fabricante cifra en 5,5 litros a los 100 km pero que en nuestra prueba conseguimos valores por encima de los 6 litros en modo ECO y que superaba con facilidad los 7 litros a los 100 km en modo normal o Sport.
Al margen del consumo hay que reconocer que en general este Kia Rio 1.0 T-GDi de 120 CV es capaz de asegurar una buena respuesta desde muy bajo régimen, donde sí ayuda el motor eléctrico de la hibridación y lo hace a pesar de contar con unos desarrollos de cambio más bien largos. En general ofrece una buena capacidad de aceleración y recuperación, que sin ser deportiva asegura cierta agilidad dinámica, aunque a costa de la rumorosidad y vibraciones típicas de los motores de tres cilindros y de un bastidor pensado para el confort.
Bastidor confortable
Las suspensiones tienen un tarado suave, pensado para copiar bien las irregularidades del asfalto, aunque a costa de ofrecer un compromiso muy suave en conducción decidida. Por contra, en ciudad tiene una dirección muy ágil y un radio de giro bastante contenido, lo que permite moverse con agilidad entre el tráfico diario, pues no hay duda de que es su medio natural.
Y es que en general estamos ante una berlina bastante compacta, de poco más de cuatro metros (4,07m) pero con una distancia entre ejes bastante amplia (2,58 m) que garantiza una habitabilidad más que decente, aunque como en el resto del segmento pensada más para cuatro pasajeros que para cinco.
Habitabilidad ligeramente superior
Las plazas traseras no son excesivamente anchas, aunque tiene algo más de espacio para las piernas que algunos de sus rivales directos como el Ford Fiesta o el Seat Ibiza. Delante también tendremos un habitáculo algo más amplio que en los rivales, con unas butacas envolventes pero que dan prioridad al confort. Delante de ellas tenemos un tablier que no cambia excesivamente con respecto al modelo anterior, salvo por la nueva pantalla central de 8 pulgadas equipada con el nuevo sistema multimedia de Kia UVO Connect Phase II con navegador y conexión a sin cables a Android Auto y Apple Carplay.
Su maletero tiene una capacidad de 325 litros ampliables a 1.103 litros si se abaten los respaldos de la fila trasera y le aseguran un compromiso dentro de la media del segmento.
Compromiso de acabados, calidad y equipamiento
La calidad de acabados es más que correcta, con una excesiva presencia de plásticos duros, pero en general correctamente acabados, como también su tapicería que parece de mayor calidad que antes.
También llega con una completa dotación de ayudas a la conducción como el sistema de aviso y mantenimiento del carril, el de frenada de emergencia en caso de colisión frontal con detector coches, peatones o ciclistas, un asistente de luces de carretera, el control de velocidad de crucero o la cámara de marcha atrás con sensores de aparcamiento, unos elementos que en la mayoría de los casos es una opción para sus rivales de similar potencia y equipamiento.
El precio de esta variante Kia Rio 1.0 T-GDi GT Line de 120 CV es de 20.200 euros, aunque también podemos optar por el acabado más sencillo Drive por 2.000 euros menos o por las variantes de 1.0 T-GDi de 100 CV de 19.700 euros para el GT Line y 17.700 euros para el Drive.