¿Te conviene tener un vehículo con este tipo de combustible? ¿Cuáles son sus ventajas y desventajas? Te lo explicamos todo
La tecnología GLP o Autogas lleva ya muchos años implantada en el mercado del automóvil, de hecho, es la primera energía alternativa en el mundo del automóvil. A pesar de ello, en nuestro mercado aún es un gran desconocido, tanto, que todavía hay muchas dudas de sus ventajas y desventajas.
No obstante, en esta última década este tipo de combustible ha ido ganando fuerza, especialmente en los últimos años, donde los esfuerzos por reducir las emisiones contaminantes han puesto sobre la mesa la posibilidad de aprovechar este tipo de combustible, mucho más ecológico a nivel de emisiones que la gasolina o el gasóleo.
¿Qué es el GLP?
Cuando hablamos de GLP o Autogas nos estamos refiriendo a un tipo de gas en concreto, el gas licuado del petróleo pensado y desarrollado para el uso automovilístico.

El GLP es un compuesto de la mezcla del butano y el propano que se producen en el proceso de extracción del petróleo (un 70%) como de su propio refinamiento (30%) y que no deberemos confundir con el GNC, que es un gas Natural Comprimido compuesto de metano y que proviene de yacimientos de gas (60%) y de otro tipo de refinamientos del petróleo o biomasa (40%).
El GLP tiene más puntos de suministro
A efectos prácticos, las diferencias energéticas entre ambos son despreciables y a nivel técnico tampoco hay grandes diferencias, salvo el sistema de almacenaje de alta presión para el GNC y de menos para el GLP que es un gas licuado, aún así suponen una clara competencia entre uno y otro.

De todas formas, el GLP está mucho más extendido, tanto por número de vehículos adaptados, como de «gasineras» disponibles, más de 600 en España. En el caso del GNC, es una de las grandes apuestas del Grupo Volkswagen y de las compañías de gas que aún tienen en desarrollo su expansión en cuanto a puntos de carga, pues a fecha de este reportaje sólo hay 87 gasineras. Aun así, dejaremos para un reportaje exclusivo para este tipo de combustible GNC.
¿Pero qué nos ofrece el GLP?
Como ya hemos dicho, una de las grandes ventajas del GLP es que contamina menos, bastante menos que la gasolina. Tras la combustión del Autogas se emite hasta un 68% menos de óxidos de nitrógeno (NOX) y un 15% menos de CO2 si se compara con la gasolina, pero es que si lo hacemos con los motores de gasóleo estos valores suponen un 96% menos de NOX y aunque prácticamente se iguala en emisiones de CO2, se consigue reducir en un 99% las partículas emitidas a la atmósfera.

Esta es una característica que permite a los coches nuevos con GLP disponer de la etiqueta medioambiental ECO, un distintivo que aporta muchas ventajas como la de ahorrarse el impuesto de matriculación, descuentos en impuestos sobre vehículos de tracción en distintos municipios, la posibilidad de usar los carriles VAO, descuentos en peajes de algunas autonomías, así como una mayor movilidad los días de restricciones a la movilidad por motivos atmosféricos.
¿Cómo funciona un coche de Autogas?
Básicamente cualquier coche con GLP o Autogas, es un coche de combustible mixto, puede funcionar tanto con gasolina como con gas. En líneas generales sigue siendo una versión gasolina al que se le adapta un circuito de gas con unos inyectores extras a los de la gasolina para poder circular con los dos combustibles indistintamente.

Evidentemente, los conductos de gas son específicos e independientes, y cuando un ciclo está funcionado, sea gas o gasolina, el otro está desconectado.
Licuado frente a gaseoso
Este circuito cuenta con un depósito para almacenar el gas, que al ser licuado tiene una presión de almacenaje relativamente baja en comparación con el GNC que se ofrece en estado gaseoso.

También tiene una boca de llenado específica que se adapta a los surtidores de nuestras gasineras e incluso, algunas marcas cuentan con adaptadores para otro tipo de conexiones.
Repostaje más seguro que con gasolina
El repostaje de este tipo de combustible es más seguro que el de la gasolina, ya que estas conexiones son completamente estancas (de lo contrario el surtidor corta el flujo de gas) y tardan apenas unos minutos para llenar completamente el depósito.

Pero la principal ventaja de elegir un coche GLP llega precisamente en el momento de pagar ese repostaje, pues cada litro de Autogas nos puede salir entre un 35 y un 40% más barato que la gasolina, mientas que si hablamos de diésel el litro de GLP es un 30% más barato. Esto es así porque el gobierno regula los precios y los impuestos sobre este tipo de combustible alternativo.
Gasta más, pero es más barato
Sin embargo, hay que señalar que el consumo de GLP por kilómetro es superior al de la gasolina. Esto es así porque el poder calorífico por litro del gas es inferior al de la gasolina, por lo que utilizando los mismos litros de combustible siempre podremos hacer menos kilómetros con el gas, es decir tendremos una menor autonomía.

A esto hay que sumarle el pequeño tamaño de los depósitos de Autogas, que limitan este alcance. Este rango dependerá de cada fabricante y automóvil, pero en general todos los coches adaptados a este tipo de combustible suelen tener unas autonomías que rondan los 400 km de gas, a lo que, por supuesto le podremos sumar la que nos asegura el propio circuito de gasolina.
Ojo, has de hacer un mínimo de km
Con todo, el gas siempre nos saldrá más rentable siempre y cuando utilicemos preferentemente el gas sobre la gasolina, es decir, deberíamos utilizar constantemente el gas para rentabilizar el ligero sobrecoste que supone la instalación de este sistema, así como el mayor consumo por kilómetro.

Por lo general el Autogas es provechoso siempre y cuando realicemos más de 15.000 kilómetros al año, y tengamos fácil acceso a gasolineras con este combustible, de lo contrario nuestra opción siempre será la de la gasolina.
¿Y qué pasa con las iTV?
Otro punto muy a tener en cuenta son los pasos por la ITV que, además de los controles habituales, obligan a certificar la estanqueidad del circuito de gas cada cuatro años. Este informe no lo hace la misma ITV, si no que deberá hacerse en un centro especializado, que en nuestro caso siempre debería ser el concesionario oficial quien nos lo haga. Esto supone realizar un paso y un coste más para este trámite.

En cuanto a si montar un kit de GLP en un coche para beneficiarnos de la etiqueta ECO, lo cierto es que es posible, siempre y cuando el vehículo a transformar disponga de certificación Euro4 o superior. No obstante, dada la amplia oferta de coches de serie nuevos con este tipo de tecnología GLP, perfectamente integrada en el vehículo y con motores gasolina que ya cumplen la Euro6, además de disfrutar de la garantía oficial de marca incluida, nos harían apostar por un vehículo nuevo.
¿Es perjudicial para el motor?
Actualmente, no. Los fabricantes ya tienen en cuenta un problema muy común que se producía en los motores antiguos en cuanto al deterioro de las válvulas y sus asientos. En modelos más viejos y que montaban algunos kits de gas, se veían afectados por la poca lubricación del gas (en comparación con la gasolina) en el sistema de admisión del motor, algo que con los kilómetros (normalmente más de 100.000 km) deterioraba las válvulas con el consiguiente peligro mecánico.

Ahora, en cuanto a materiales, este punto está convenientemente mejorado por las propias marcas en sus nuevos propulsores, pero es que además todos estos sistemas ahora siempre arrancan con gasolina, porque es en este momento cuando más afecta a las válvulas. Cuando el motor alcanza una temperatura óptima, donde la lubricación ya no es un problema, se pasa automáticamente a funcionar a gas con total normalidad.
Turismos nuevos con opción GLP
Citroën C3 1.2 GLP 82 CV
Fiat 500 1.2 GLP 69 CV
Fiat Panda 1.2 GLP 69 CV
Ford Fiesta 1.1 GLP 75 CV
Opel Adam 1.4 GLP 90 CV
Dacia Sandero 0,9 Tce GLP 90 CV
Dacia Duster 1.6 GLP 115 CV
Opel Corsa 1.4 GLP 90 CV
Opel Crossland 1.4 GLP 90CV
Renault Clio 0.9 T 90 CV
SsangYong Tivoli G12 GLP 128 CV
Subaru Impreza 1.6i GLP 114 CV
Subaru XV 1.6i GLP 114 CV
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