Cada vez hay por las calles más vehículos con etiqueta azul. Hasta aquí, todo normal. Pero vamos a tirar de ironía: cada vez son más los coches diésel o gasolina los que adoptan la etiqueta no contaminante. ¿Extraño, verdad?
No se trata de ninguna picaresca, ni de la compra venta de etiquetas azules para adherirlas ilegítimamente sobre las lunas de los coches, ni de que la Dirección General de Tráfico haya relajado los requisitos para hacerse con el distintivo azul. Estamos sencillamente ante un flagrante caso de mala calidad del tintado o material de las etiquetas verdes.
Etiquetas de la DGT de mala calidad
Dos años después de que la DGT las enviara a nuestros domicilios o de que la mayoría de usuarios tuviéramos que comprarlas en Correos por cinco euros, los adhesivos que nos proporcionaron cambian de color con la radiación solar.
Las inclemencias meteorológicas contribuyen a que un buen número de usuarios haya visto cómo su vehículo pasa de considerarse vehículo contaminante a coche de emisión cero, al convertirse su etiqueta verde en un círculo azul.
Ojo, porque siguen siendo condicionantes
Pero que nadie se alegre demasiado de la conversión de su adhesivo, su coche sigue siendo tipo C y como tal no puede acceder a aquellas zonas que solo pueden hacer los vehículos no contaminantes. Ni quedan tampoco exentos de pagar por aparcar en algunos centros históricos.
Tampoco pretendas pasarte de listo, porque la letra C y la matrícula del coche al que ha sido asignada seguirá luciendo en esa pegatina descolorida. Eso sí esperamos que ahora los agentes del tráfico o la ITV no nos pongan pegas por esta cuestión. Aunque todo podría ser…