El show que ofrece Red Bull y el show que sufre 

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La temporada 2024 ha comenzado de forma totalmente equivalente a como acabó la del año pasado: Verstappen corriendo en otra liga dominando con mano de hierro el campeonato pero, en esta ocasión, hay una diferencia en el entorno que no está ayudando absolutamente en nada a los de Milton Keynes

Red Bull está viviendo un inicio de temporada muy extraño, con unas sensaciones contrapuestas con lo que está disfrutando en pista y con lo que están sufriendo fuera de ella. El rendimiento de los austriacos por lo que respecta encima del asfalto no hay color. Los de la bebida energética no tienen rival ni en ritmo de carrera ni en clasificación visto lo visto en Bahrein y Jeddah. Pero el entorno es un caos con multitud de investigaciones, rumores y presiones. 

Y lógicamente, con el aburrimiento que se ha vivido en los dos primeros Grandes Premios de la temporada de F1,  la prensa se centra donde está la acción real: en los despachos de los de Milton Keynes.

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Un caos enorme 

Todo empezó cuando un mes antes del arranque de la temporada, Red Bull anunciaba que su director deportivo, Christian Horner, estaba siendo sujeto a una investigación interna por supuestos comportamientos inadecudos hacia una empleada. Después de la investigación, desde el equipo finalmente se absolvió al británico pero no acabó para nadie bien. De hecho, no terminó.

Ya desde el inicio de la investigación las presiones llegaron a Red Bull por todas partes. FIA, F1, Ford y otros patrocinadores insistieron en que se pusiera solución lo más rápido posible para acallar con los rumores. Y cuando todo, se acabó, apareció un Google Drive filtrado de forma anónima a la prensa repleto de supuestas pruebas sobre la actitud de Horner. Las aguas no se calmaron e incluso la prensa alemana llegó a especular con la opción de que Horner fuera despedido antes del GP de Australia. No parece que esto se vaya a producir pero la imagen es muy dañina para el equipo. “Se ha demostrado que hay una gran unón en el equipo y ahora toca centrarse en el trabajo”, decía Horner. Ellos buscan seguir adelante pero el entorno sigue siendo un incendio. Prueba de ello es que la empleada denunciante acabó siendo suspendida. 

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Pero es que el caos no termina aquí. El propio Helmut Marko explicó para la emisora austriaca ORF que podía ser suspendido porque estaba siendo también investigado por supuestas filtraciones constantes a la prensa relacionadas precisamente con el caso Horner. Cuando no han salido de una ya entran en otra con los dos jefazos en el punto de mira. 

El juego de los Verstappen

Eso implica que muchos nombres importantes de la escudería. Bueno no importantes, sino claves. Y es que algunos de los personajes cuyo futuro no parece atado es el Adrian Newey y el de Max Verstappen.

El padre de Max, Jos Verstappen, fue el primero en empezar la guerra abierta contra Horner. El neerlandés dijo que la escudería estaba en peligro de desintegrarse mientras que el jefe del equipo desde 2005 “se pasa el rato haciéndose la víctima”. Ese bombazo del padre del tricampeón empezó a causar especulaciones sobre su futuro y apareció Horner para apagar el incendio en la rueda de prensa previa al GP de Arabia Saudí diciendo que habían hablado con los Verstappen para calmar la situación. 

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Pero fue el propio Max quien volvió a abrir la veda con unas declaraciones que abrían la posibilidad de salir de Red Bull con la investigación al Dr Marko. “Él es una parte importante en mi toma de decisiones de cara al futuro, por lo que es muy importante que siga en el equipo. Así que sí, para mí Helmut tiene que quedarse al 100%”. Sin duda, una declaración de intenciones que no se había visto en ningún momento con tanta severidad en la defensa con Horner. 

Por eso el propio Christian, cansado de tanto rumor, no enterró ni mucho menos el hacha de guerra. Confía en la continuidad del neerlandés en el equipo pero mandó dos avisos muy claros: “Tenemos 16 pilotos desesperados para subirse al mejor coche” y “No vamos a forzar a nadie a quedarse en contra de su voluntad”. Mientras en Mercedes, con Toto Wolff, a la cabeza empiezan a mover ficha por si finalmente se consagra el que sería un bombazo que podría superar el de Hamilton con Ferrari.

Hegemonía que da miedo

Red Bull está siendo noticia por el caos interno pero el show que están ofreciendo en pista es algo nunca visto. Para que nos hagamos una idea, Verstappen, si gana en Australia, logrará igualar su récord de 10 victorias consecutivas. De las últimas 20, Max ha ganado 19

Pero ya no es el que, sino el cómo. En este 2024 el neerlandés suma 51 puntos de 52 posibles, no se le ha escapado la pole y ha liderado casi la totalidad de las vueltas de lo que llevamos de Mundial. Y no solo eso, la distancia respecto a los rivales es insultante. Pérez no sufre para ser segundo y el tercero termina a un mundo de Max sin poder igualar en ningún momento el ritmo de los de Milton Keynes. 

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Adrian Newey, después de que el RB19 firmara la temporada más dominante de la historia en 2023, se sacó un conejo de la chistera. Revolucionó el concepto del coche pensando que todos los rivales lo iban a copiar. Dicho y hecho. Revolución en los pontones, sistema de refrigeración,etc que de momento los rivales no huelen. Si no fuera por el show en los despachos, la felicidad en Red Bull sería infinita pero de momento la alegría está más bien escondida.

Sobre el autor

Oriol Muñoz Morera

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