El biopic centrado en los momentos más difíciles del piloto y fundador de la mítica escudería italiana Ferrari es una de las películas más esperadas por los aficionados del motorsport.
La película ‘Ferrari‘ del escritor y director estadounidense Michael Mann ya se ha dejado ver en la reciente 80ª Mostra de Venecia. Y no ha dejado indiferente a la crítica especializada. O la amas o la odias. Eso sí, todos destacan sobremanera la actuación de sus dos actores principales: un irreconocible Adam Driver, como Enzo Ferrari, y sobre todo nuestra Penélope Cruz, como su esposa y socia Laura Garello; un papel por el que a la española ya le auguran el Óscar.
Más de dos décadas de espera
Basada en el libro de 1991 ‘Enzo Ferrari: The Man, The Cars, The Races, The Machine‘ del periodista de deportes de motor Brock Yates, el film es uno de los proyectos soñados del hombre tras ‘El último Mohicano‘, ‘Heat‘ o ‘Miami Vice‘. No en vano, ha tardado más de dos décadas en llevarla a buen puerto después de numerosos y fallidos intentos por convertirla en su siguiente largometraje.
A groso modo, ‘Ferrari‘ nos traslada a 1957 y nos cuenta el mayor momento de crisis del piloto y empresario Enzo Ferrari. La bancarrota acecha a la empresa que él y su esposa, Laura, construyeron de la nada diez años antes. Asimismo, su matrimonio se derrumba por momentos debido al fallecimiento de su hijo Dino y a la aparición repentina de un hijo ilegítimo con su amante, Lina Lardi. En esta crucial etapa, Ferrari deberá tomar decisiones arriesgadas, tales como apostar todo el dinero que le queda en la ‘Mille Miglia‘, una gran carrera que atraviesa 1.000 millas a lo largo de toda Italia.
Para disfrutarla en cines, sin embargo, habrá que esperar hasta el 9 de febrero de 2024, aunque inicialmente estaba prevista para estas navidades debido a la huelga de guionistas y actores de Hollywood.
“La carrera más bella del mundo”
Además de ser una historia de personajes, ‘Ferrari‘ también narra la 24 y última edición de la Mille Miglia.
Durante 30 años, desde 1927 hasta 1957, fue la prueba automovilística de velocidad por excelencia y una de las competiciones más amadas por los italianos. De hecho, el mismísimo Enzo Ferrari la describía como «la carrera más bella del mundo«. No en vano, recorría mil millas, de ahí su nombre, con inicio y final en Brescia, y parada en Roma, pasando por algunas de las ciudades más bonitas de Italia como Verona, Ferrara, Rávena, Gambettola, Siena, Florencia, Reggio Emilia o Cremona.
La prueba fue un éxito inmediato, que le valió el cariño del público y de los ferraristas. No en vano, en los años dorados de la Mille Miglia, Ferrari escribió páginas memorables de su historia. Basta recordar los dos tripletes de 1956 y 1957, los dobletes de 1949 y 1950, o las seis victorias consecutivas entre 1948 y 1953. El último de sus ocho triunfos en ella, en 1957 y con Piero Taruffi al volante.
La Tragedia de Guidizzolo
Sin embargo, aquella edición pasó a la historia por el mortal accidente que sufrió Alfonso de Portago en Guidizzolo, un pequeño pueblo italiano situado a escasos 40 kms de Brescia.
Clasificado en tercer o cuarto lugar según las crónicas de la época, el marqués de Portago, con sólo 28 años, y su copiloto, el periodista norteamericano Edmund Nelson, perdieron la vida cuando un neumático de su Ferrari 335 S con el número 531 explotó e hizo que a más de 240 km/h chocaran contra una piedra y, tras varios bandazos y vuelcos de un lado a otro de la carretera, cayeran encima del público que llenaba las cunetas.
Con ellos, también perdieron la vida nueve espectadores, cinco de ellos niños, mientras que otras 30 personas resultaron heridas. Un fatal desenlace que pasaría a la historia como la Tragedia de Guidizzolo. El propio Ferrari y el fabricante de neumáticos fueron acusados de homicidio involuntario, pero el caso fue posteriormente desestimado. Veremos si el film de Mann también aborda esto último.
Tras lo acontecido, el gobierno italiano la prohibió. Y no fue hasta 1977 que se recuperaría la Mille Miglia, aunque no como prueba de velocidad, sino de regularidad y de cuatro jornadas.
En respuesta a Monza
Pero, ¿cómo nació la Mille Miglia? Todo comenzó cuando el circuito de Montichiari, en Brescia, perdió la organización del Gran Premio de Italia de 1922 en favor del nuevo Autodromo Internazionale di Monza, un autódromo ubicado a unos 33 km al norte de la ciudad de Milán. Sí, el mismo que recientemente albergó el GP Italia 2023 del Mundial de Fórmula 1, y que es conocido como «el Templo de la velocidad».
A propósito, por segundo año consecutivo, Ferrari lució en el mismo una decoración especial en sus dos monoplazas, así como en los cascos y monos de sus pilotos Charles Leclerc y Carlos Sainz.
Como ya vimos en 2022 con motivo de las celebraciones por el 75 aniversario de la marca, este año regresó el color amarillo, icónico para la marca del Cavallino Rampante y que en su origen fue diseñado para representar la ciudad de Módena.
En esta ocasión, sin embargo, para rendir tributo al 499P de Ferrari pilotado por James Calado, Antonio Giovinazzi y Alessandro Pier Guidi que logró la victoria en Le Mans 2023; justo 58 años después del último triunfo en la general de las 24 Horas, la carrera de resistencia más famosa del mundo, protagonizado por la firma de Manarello.
Tributo a los héroes de Le Mans 2023
Para ser exactos, con unas líneas de color amarillo en forma de «V» que también se dejaban ver en el lateral del vehículo, tanto en el morro como en la cubierta del motor.
Más allá de ese detalle, los característicos números de Charles Leclerc y Carlos Sainz, el #16 y el #55 respectivamente, también estaban pintados de color amarillo.
De igual modo, los pilotos también estrenaron decoración en sus cascos y monos.
Por cierto, las paredes de la pasarela que va desde el paddock hasta el garaje de boxes del equipo, se ilustraron con fotos de los hitos del equipo más laureado de la historia de la Fórmula 1, así como con instantáneas de sus éxitos otras categorías y especialidades.
Tifone’, el trofeo del GP Italia 2023
Por desgracia para los ferraristas, Leclerc y Sainz no pudieron emular a Calado, Giovinazzi y Guidi. Sin embargo, el español, autor de la pole, sí pudo pisar el cajón en el GP de casa y recoger algo más que un simple trofeo. No en vano, pudo alzar y brindar a los tifosi allí reunidos su ‘Tifone‘ como tercer clasificado.
Nos referimos a la obra de arte creada por Ruth Beraha para premiar a los tres primeros clasificados, así como al equipo vencedor, de la cita italiana.
Imaginada por la artista italiana surgida de la Hangar PirelliMuseo Bicocca, dicha estatuilla aunaba mitología y alta tecnología al homenajear a Tifón, la divinidad representativa de los vientos huracanados e hijo de la diosa primordial Gea y el Tártaro, e inspirarse en la forma de los escapes de un monoplaza de Fórmula 1.