No hace falta que sepas de mecánica, te damos unos consejos básicos para averiguar si a nuestro coche le ocurre algo o si está cerca de padecer una avería
Si hay un propósito que hay que marcarse cada año es el de cuidar más el coche. Esto va más allá de ser un apasionado o no del motor. Se trata de detectar los problemas antes de que aparezcan y se conviertan averías en el coche que supongan un desembolso de dinero y de tiempo al quedarnos tirados.
No está de más revisar cada cierto tiempo algunos de los elementos del coche. En este sentido es tan importante el mantenimiento preventivo, que es el que se realiza antes de que muestren los síntomas como el mantenimiento correctivo, el cual se aplica cuando algo comienza a fallar en el coche.
No ignores lo que te dice
Comenzamos por lo más obvio. Los coches se comunican con sus conductores por medio del cuadro de instrumentos. Todo propietario de un vehículo debería saber entender ese lenguaje de símbolos y luces, el cual viene explicado claramente en el manual de instrucciones del vehículo, donde por cierto, también nos informan de las posibles y más comunes averías en el coche.

Si una luz aparece y no te acuerdas, échale un ojo de nuevo, al menos para saber qué significa. No importa que el coche siga funcionando, aparentemente, con normalidad. Más vale acudir al taller cuando aparece una señal luminosa en el panel, pues nos indica que algo ha comenzado a fallar. Y ojo, que, al igual que el semáforo de nuestro logo, tras una luz naranja o amarilla de advertencia suele aparecer una roja, y en ocasiones eso supone que una grúa tenga que llevar el coche al taller. Y nuestro bolsillo se va a resentir.
Rojo, peligro
Se debe prestar especial atención a los testigos de color rojo, como el fallo de batería o del sistema eléctrico. Testigo de fallo de la dirección asistida, y también el indicador de la presión o nivel de aceite. Ante estos fallos graves y principales, debemos dirigirnos al taller, para solucionarlo urgentemente.
Los testigos de aviso, que suelen ser en color amarillo, muestran normalmente fallos en el vehículo que permitirán mantener la marcha, para acercarnos hasta el taller con alguna de las funciones limitadas. Conduce con precaución si aparecen estos símbolos.
Los clásicos de la electrónica
Los más habituales son el testigo de control de tracción y estabilidad que, si está encendido, el control de tracción y estabilidad esta desconectado; pero si parpadea, es que está funcionando ya que detecta una pérdida de tracción. El testigo precalentamiento diésel se enciende al dar el contacto y eso no quiere decir que tengamos averías en el coche, sino más bien todo lo contrario. Nos informa que está funcionando correctamente el sistema de precalentamiento del combustible diésel. Hay que esperar a que se apague para poner en marcha el motor. En cambio, si parpadea puede ser un fallo en el sistema de inyección o encendido.

Otros testigos que pueden indicar averías en el coche o falta de mantenimiento y que suelen aparecer en amarillo son los de aviso de pastillas de freno desgastadas, o el de fallo del ABS. El de alumbrado, aceite o presión de aceite bajo, el del líquido limpiaparabrisas o el testigo de presión de inflado de ruedas. Este último ya es obligatorio en los coches nuevos. Si se enciende, una de las ruedas presenta una presión insuficiente o bien existe un fallo en el sistema.
Tus neumáticos te hablan
No lo podemos calificar de posibles averías en el coche, pero las ruedas hablan con un lenguaje especial. Solo basta con echar un ojo a los neumáticos. Verás que se desgastan de forma irregular, aunque no le pase nada al coche. Los neumáticos del eje motriz se suelen desgastar antes que los neumáticos del eje libre. No obstante, conviene que mires los neumáticos para ver si se produce otro tipo de desgaste, que indica algún problema a la vista.

Ante el desgaste en un lado del neumático, ya sea porque se gasta por el interior o el exterior de la banda de rodadura significa que la dirección está desalineada. Es necesario pasar por el taller y alinearla.
Desgastes irregulares, atención
En caso de que el desgaste sea mayor por el exterior, sin que esté la dirección desalineada, lo que ocurre es que se suele pasar a velocidad altas por las curvas. El coche apoya más hacia fuera en la curva así que hay que procurar tomar las rotondas y curvas más despacio.

Desgaste en diagonal a 45 grados en las ruedas izquierdas, es provocado sobre todo en coches de tracción delantera. Suele ocurrir cuando se pasa a menudo por carreteras con demasiada pendiente para evacuar el agua y el coche no pisa en horizontal. Para solucionarlo toca visitar el taller, pero si lo detectas a tiempo, una rotación de gomas será suficiente ya sea entre ejes o entre lado derecho con el izquierdo.
Kilómetros y presiones
En el caso de un desgaste en dientes de sierra, no supone un gran problema y es muy habitual. Se generan sobre todo al hacer viajes largos por vías rápidas, y a velocidad constante. Si el escalonado es muy grande, debería investigar un mecánico qué sucede.
Un desgaste irregular también puede ser debido a una presión inadecuada del neumático, Sin una presión adecuada, los neumáticos pierden toda su eficacia. Se recomienda revisar la presión una vez al mes y sobre todo cuando cambian las temperaturas. Ya de paso, comprueba también el desgaste de neumáticos. Además de por seguridad, te pueden multar por circular con unos neumáticos con menos de 1,6 mm de dibujo. Existen testigos a lo largo de toda la banda de rodadura que indican el límite de desgaste.
Esas cosas raras que hace…
Otro tipo de posibles averías en el coche suelen darse con problemas con los amortiguadores, en la mayoría de las ocasiones es sencillo anticiparse a la avería, ya que, si percibes que se producen oscilaciones al conducir, o si observas manchas de aceite al mirar detrás de las ruedas. O si, al frenar en seco, el vehículo se hunde más hacia la parte frontal, se desvía hacia los lados o es difícil de dominar, aunque el pavimento esté en buen estado, debes de acudir a tu taller y ahórrate un susto. También si oyes un martilleo inconstante, suele significar que hay algún problema con la suspensión o un rodamiento.
Otro aviso es si “el coche chilla”, esto puede ser por las correas o los frenos. Puesto que, si tu vehículo no está en buenas condiciones, probablemente suene de un modo diferente. el sonido es agudo, suele provenir de fallos en las correas. Son las que se encargan de que funcione la mayoría de los elementos del vehículo que no son eléctricos como la bomba de la dirección o el alternador.
La rotura de estas correas de servicio no suele suponer un gran problema, a no ser que hablemos de la correa de distribución. Esta última debe ser revisada cuando lleves el coche al taller, así como sustituirla cuando recomiende el fabricante. El resto, puedes echar un vistazo en busca de grietas y, si no ves nada y el sonido persiste, trata de fijarte si suena cuando se activa el aire acondicionado, al girar la dirección, o cuando arranca el ventilador del radiador.
Atención con los frenos
Con los frenos hay un problema grave. Aunque resultan claves en la conducción, más del 86% de los conductores no sabe detectar si tienen problemas con ellos.

En caso de que los chirríos suelen provenir de los frenos, y lo oyes al frenar. Esos chillidos tan molestos vienen de las ranuras en las caras del disco de freno. Un rotor deformado puede ser el problema que buscas. Si es así, tendrás que cambiarlo.
¿Deja manchas de líquidos? Malo
Si detectamos que el coche deja rastros de líquidos puede ser un simple aviso o un problema más grave. Pero ojo, no te alarmes a la primera porque los climatizadores y aires acondicionados suelen dejar charcos de agua de condensación. En este caso es fácil reconocerlos y descartarlos como una de las posibles averías en el coche.

Si descartamos esa agua de condensación, una mancha pequeña y puntual puede no ser necesariamente importante, si bien puede que sea el indicio de una fuga. Cuando el problema persiste, es cuando hay que empezar a preocuparse.
Los colores te dan una pista
Cuando las manchas son negruzcas, posiblemente sea una junta en mal estado y la mancha será bastante grande. Uno de los mejores hábitos para la salud del coche comprobar a menudo el nivel de aceite del cárter. Si es bajo, además de rellenar con un aceite de similares características, habrá que comprobar qué ocurre. porque puede ocurrir que el motor queme aceite y claro, entonces aparecerá un humo azul con el coche encendido.
Si la mancha en el suelo es de color azul claro, verde, amarillo o naranja, se trata del anticongelante. Puede que el motor de tu coche haya sufrido un sobrecalenetamiento o que existe una fuga en el radiador o en la bomba de agua. Comprobar el nivel es muy sencillo, basta con mirar, en frío, que el nivel de líquido refrigerante se encuentre entre las marcas señaladas.
Cuando la salpicadura es de líquido aceitoso rojizo, la fuga pertenece al sistema de dirección asistida o la transmisión. Cuenta con una varilla para medir su nivel, similar al del aceite. Si el charco es de agua, tranquilo. Suele ser el agua producida por la condensación del aire acondicionado.
Estas son las principales pistas que nos indicarán un problema o posibles averías en el coche, pero si tienes dudas, por supuesto, lo primero que deberías hacer es pasarte por tu taller de confianza. Sin duda el mejor diagnostico te lo dará un profesional.
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