En Milton Keynes la situación fue totalmente desastrosa y ven como ni siquiera terminaran subcampeones del mundo de constructores cuando a principios de año se paseaban
Hay que remontarse mucho tiempo atrás para ver un caso similar al Red Bull en este 2024. Quizás una de las comparaciones más idóneas es el caso de BrawnGP de 2009. La primera mitad de año fue un auténtico paseo militar pero se le está haciendo el año larguísimo y cada carrera que pasa van a peor. Y el mejor ejemplo de ello es lo que ocurrió en el GP de México de F1 del pasado fin de semana.
Y es que de los cuatro pilotos de la familia de la marca de la bebida energética solo Verstappen fue capaz de terminar en la zona de puntos mientras que el rookie Liam Lawson se las tuvo tiesas con un Sergio ‘Checo’ Pérez que ya no puede estar más perdido.
Centrándonos tan solo en el equipo Red Bull, pocas esperanzas quedan ya para conformarse al menos con la segunda plaza del campeonato de constructores. En las primeras 10 carreras Max ganó siete pero en las 10 siguientes no se ha sumado ninguna más a la lista. Y Checo sigue con su viacrucis y solo tiene los cuatro podios que logró en las primeras cinco carreras del año.
En el Autódromo de los Hermanos Rodríguez, Ferrari confirmó el sorpaso y los austriacos ya son terceros en la general por equipos. Y más que mirar de recuperar la posición, tienen suerte de que Mercedes está a más de 100 puntos. Necesitan un giro radical de los acontecimientos para aspirar a revalidar corona en constructores. Pero vamos por partes con lo ocurrido en México.
Verstappen perdió los papeles
Max siempre se ha caracterizado por ser muy listo. En Austin ya se aprovechó de que el reglamento no castigara que el que tiene el interior en el ápice de la curva pueda hacer lo que le dé la gana defendiendo la posición. Pero en la cita mexicana quiso repetir y la FIA por fin aplicó el sentido común.
Cuando Norris le rebasó en la segunda zona del DRS, el neerlandés tardó la vida en frenar y mandó fuera el británico. Acción más allá del límite que reavivaba la polémica de la semana anterior. Pero ya perdió totalmente los papeles en la curva ocho cuando en un sitio donde es imposible adelantar se tiró contra Lando sabiendo perfectamente que ninguno de los dos se quedaría en la trazada. ¿Resultado? 20 segundos de sanción bien merecidos.
Pero no se puede culpar a Verstappen para tratar de ver hasta qué punto la FIA es capaz de permitir cosas que se escapan del sentido común. Las normas, por muy poco sentido que tengan, son iguales para todo. Y ahí, buscando las irregularidades del reglamento, Max no tiene rival y por esto, combinado con un talento fuera de serie, será campeón por cuarta vez consecutiva. En México seguramente recibió el castigo que le debían de Austin. Pero el tricampeón ya consiguió gran parte de su objetivo. Lando tenía prácticamente imposible ganar la carrera y recortar tantos puntos.
Además, Max volvió a demostrar porque es el mejor. Se puso penúltimo después de la sanción y la parada en boxes pero aún así fue suficiente rápido y avispado para acabar sexto. No tuvimos noticias de Pérez, al que también le tocaba remontar.
Checo, indefendible
La historia de nunca acabar de este 2024 con el mexicano. Con su futuro de nuevo en entredicho con las palabras de Helmut Marko y Horner, tocaba rendir ante su público. Y seguramente realizó el peor fin de semana del año, que ya es mucho. Terminó último, penalizado por no colocarse bien en la posición de salida y doblado. Desastre.
Hubo un momento donde los dos pilotos de Milton Keynes copaban las dos últimas posiciones y Verstappen remontó fácil mientras que por ritmo Checo se quedó enganchado atrás. Incluso tuvo un duelo con Lawson, que más que por una posición en pista, se peleaba por un asiento de cara al año que viene. Había tanto en juego que las radios echaron chispas con ese ‘fuego amigo’. Pero si Checo estuviese al nivel correspondiente, el rookie no lo tendría ni que oler.
Vale que el Red Bull está hecho por y para Max, pero el rendimiento de Pérez es indefendible. No gana desde la carrera de Bakú del año pasado y a los austriacos ya no les sirve para ganar el campeonato. De hecho es un lastre a nivel de resultados. Que a nivel mediático Checo es una garantía no cabe duda porque mueve muchas masas en Latinoamérica, pero números en mano es difícil hacerlo peor.
Está claro que esto no es un reflejo de la carrera de Pérez porque se le han visto cosas extraordinarias desde su debut en F1, pero la crisis actual se está alargando demasiado y Red Bull necesita actuar.
Fracaso de los candidatos al Red Bull
Pero los potenciales sustitutos de Pérez tampoco dieron la talla. Yuki se pasó de optimista haciendo un por fuera en la primera curva y acabó contra el muro incluso antes de llegar a la primera frenada y lo más destacado de Lawson fue contra el propio Checo y un corte de mangas.
El neozelandés sacó el dedo a pasear tras superar a Pérez en plena recta minutos después del toque entre ambos que mermó los planes de ambos. Pero es que después también tuvo jarana con Colapinto y se fue de México sin puntos. Segundo GP seguido donde Lawson se las tiene con un rival teniendo en cuenta sus más y sus menos con Alonso en Austin. Normal que después se viera como Red Bull lo llamaba al hospitality de Milton Keynes para explicarle como se deben hacer las cosas.
Así pues, la situación en Red Bull se puede calificar de desastre si Verstappen, a lo ‘kamikaze’ y con 20s de penalización, fue lo único salvable