Ya están aquí las vacaciones de verano y con ellas los grandes desplazamientos. Si no estamos acostumbrados a hacer grandes recorridos por autopistas se ha de tener en cuenta una serie de aspectos y consejos que harán nuestro viaje más seguro y relajado.
Cuando se conduce el coche durante un tiempo prolongado y a una velocidad constante, como suele ocurrir en las vías rápidas, es imposible mantener constante el nivel de alerta durante todo el viaje. Está científicamente probado que durante este tipo de trayectos, el estado de alerta varía con el tiempo, ofreciendo fluctuaciones muy curiosas.
Oscilaciones en nuestra atención
–Al inicio del trayecto la atención es máxima, podemos mantener con facilidad la atención de cuánto nos rodea, y somos capaces de mantener la velocidad preestablecida sin problemas.
-Más tarde, la rumorosidad del asfalto y la velocidad constante, así como la aparente facilidad de la vía lleva a una monotonía y a una falsa sensación de seguridad. Por eso es más fácil dejarse llevar por los pensamientos, la conversación y se presta más atención a elementos como el equipo de música o incluso el paisaje.
-La tercera etapa aparece al darnos cuenta de este descenso de atención. Normalmente se llega a esta conclusión después de una imprecisión en la trayectoria, pisar una línea o sorprendernos al ser avanzados por un vehículo que no se había visto por el retrovisor. Después de estos síntomas se intenta recuperar la frescura y la atención. Pero este es el primer aviso de la necesidad de un descanso.
-Si a pesar de esto insistimos a continuar llega una cuarta fase de descenso de alerta y que suele secuenciarse con sucesivos los ciclos de relajación y alerta puntual, en los que estos últimos se acortan exponencialmente y los de disminución de atención se amplían en tiempo de duración y aumento de fatiga.
-Al final del viaje, ante el final del trayecto, se suele reactivar la atención al volante, pero el cansancio de todo el viaje hace que no estemos especialmente ágiles de reacciones.
Factores condicionantes a evitar
-La regularidad de rumorosidad del asfalto.
-Una velocidad constante.
-Los controles de velocidad de crucero.
–Monotonía de la vía.
-Uso abusivo del sistema de navegación.
–Cansancio previo.
–Digestiones pesadas.
Consejos soloauto.net
-Como en todos los viajes asegurar un descanso previo y una alimentación ligera durante el trayecto.
-Mantener una temperatura ambiente fresca.
-Si es posible alternar el tipo de asfalto para evitar la rumorosidad constante.
-Evitar en la medida posible los controles de velocidad de crucero, puesto que hacen más monótono el viaje.
–Variar el tipo de conducción evitando una velocidad constante. Se puede, por ejemplo, practicar una conducción de ahorro de combustible, el que permite romper la monotonía de una autopista, al ir descubriendo y aprovechando tramos de sensibles bajadas, subidas o de llaneo.
-Otra opción sería jugar con la velocidad, pasando cada cuatro o cinco kilómetros de los 100-105 km/h a los 120 km/h pero siempre respetando las limitaciones de la vía y el momento.
-En vías de importancia prescindir u obviar del navegador obliga a estar más atentos a los carteles informativos, de poblaciones, distancias, gasolineras próximas. Estar atentos a estos elementos ligados directamente con la conducción permite mantener un nivel de alerta superior.
–Descansar cada dos horas en vías rápidas es más recomendable incluso que en carreteras secundarias.
–Extremar las precauciones al final del viaje y descansar si es necesario, aunque se sea muy cerca de destino.