Hace cinco años, alguien escribió en un libro de religión de 1º de ESO que ser del Atleti era como “una religión”. Fue más allá y lo definió así: “un sentimiento muy grande, como haber nacido en alguna parte. Saber ganar y saber perder. Saber apasionarte. Uno no tiene tantos triunfos, uno no tiene tantas copas, pero uno tiene alma, uno tiene espíritu.”
Y, de algún modo, ese “espíritu” de los colchoneros es comparable al llamado “Essere Ferrari”. Expertos en sufrimiento, sí. Y a la vez derrochadores de pasión.
¡Cómo son las cosas! El año pasado los de Maranello se fueron de Bahrein con un doblete, mientras que los inicios del campeonato demostraron problemas de fiabilidad para Red Bull. Y ya sabemos cómo terminó la temporada. Esta vez los papeles parecen haberse invertido, al menos circunstancialmente. La gestión electrónica del motor de Leclerc le costó un cero rotundo para empezar, y además su sustitución le trajo una penalización para la parrilla de salida de Jeddah, donde las cosas salieron “algo” mejor, pero lejos del nivel esperado.
Ferrari se fue e Bahréin sólo con los 12 puntos de Carlos Sainz, que sufrió lo suyo para amarrarlos. Hay quien ha cuestionado la “escasa falta de combatividad” del madrileño en el momento de contener los ataques de su amigo Fernando Alonso que le pasó a diez vueltas del final para sellar el podio número 99 de su carrera, y soltar un lacerante “bye, bye” por la radio que enrojeció aún más a los seguidores del Cavallino. Incluso hay quien acusa a Carlos de “pasividad” al comentar por la radio que tenía sus dudas sobre si iba a poder acabar la carrera o no con aquel ritmo (sus gomas, más degradadas que las de Alonso, llevaban tres vueltas más…)
Acción sin reacción
Las dos semanas entre las dos primeras citas del año han sido muy calientes en Ferrari. A Fred Vasseur no le ha temblado el pulso. Ha relegado a un papel segundario al director deportivo del equipo, Laurent Mekies; ha degradado a Iñaki Rueda mandándole a la fábrica en lugar de seguir dirigiendo la estrategia en los circuitos; David Sánchez, el ingeniero francés de origen español, responsable del concepto del SF-23, dimitió tras diez años en la Scuderia; Marco Matassa también ha sido sustituido como responsable de la Ferrari Academy, y tras el chasco de Sakhir también ha defenestrado al jefe de mecánicos en pista… Una autentica purga, sin duda.
Para Jeddah había depositadas grandes esperanzas. Pero el resultado quedó por debajo de lo esperado con un sexto lugar para Sainz y un séptimo para Leclerc que tuvo que remontar la penalización que le metieron por los cambios hechos en la electrónica de su coche tras el chasco que se llevó en la carrera anterior.
Lo de Arabia fue un “quiero y no puedo” para Ferrari. Se esperaba más de ellos, mucho más, sobre todo teniendo en cuenta la potencia de su motor y que en esta pista la degradación del neumático no parecía ser tan trascendente.
Pero desde el primer momento ya se vio que el SF23 no era tan rápido como se esperaba. La amenaza de una nueva rotura transmitía la sensación de que alguien había cerrado el grifo de los caballos. Por si acaso. Pero llegó el domingo, cuando todo el mundo saca la vajilla de los días especiales, y esta seguía sin relucir con el brillo que se esperaba.
Ahora llegará Melbourne. El año pasado Leclerc dio un recital en Albert Park. Tras Sakhir y Jeddah esta pista aporta nuevos elementos para el análisis. No tiene nada que ver con las dos anteriores, por lo que tras estas tres primeras carreras podremos tener una fotografía mucho más enfocada de por donde van los tiros, y donde está realmente cada cual… al margen de Red Bull, que ya sabemos que gravita por la estratosfera que hay más allá de este mundo.
Si al llegar allí la cosa no espabila, no quiero ni imaginarme cómo pueden recibirles en la primera cita europea, ni más ni menos que en Imola a mediados de mayo.
¿Seguirán los cambios en la “era Vasseur”?
Si Vasseur ha sacado la guadaña a la primera de cambio, ¿qué no será capaz de hacer si a final de temporada la operación vuelve a salir rana?
De momento Carlos Sainz es el primer piloto de la Scuderia en la tabla de puntos, cuarto, con catorce más que su compañero, octavo.
Leclerc forma parte de la línea “francófona” de Ferrari que comanda el resolutivo Frederic. Y aunque el propio Hamilton desmintió en Arabia que mantuviera conversaciones con “otros” equipos para un futuro inmediato si no cambia la decoración en Mercedes… no falta quien ya está vistiendo a Lewis de rojo, por aquello de que “todo campeón tiene que recabar en algún instante de su vida en Ferrari” que se ha dicho hasta la saciedad.
Me cuesta verlo, pero de momento no me gusta nada el color que tiene la orina del enfermo…
Periodista, como Tintin. Cuando empecé a publicar (con 13 años) mis crónicas en la revista Motociclismo, yo quería dar la vuelta al mundo, subirme a la luna en un cohete rojo y blanco y viajar hasta el Tibet en moto.
Un día me llevaron a Montjuic, olí la gasolina y me enamoré. Allí fue la primera vez de casi todo. Y aquí sigo, casi 50 años después, escribiendo y hablando de coches y motos, tras haber pasado por unas cuantas revistas, periódicos, emisoras de radio y cadenas de televisión.
He visto centenares de carreras en todos los circuitos, pistas, carreteras y desiertos de todo el mundo. Y me siguen gustando tanto como aquel primer día. Pero lo del cohete aún lo tengo pendiente.