El gigante automovilístico chino Chery ha decidido retrasar un año la producción de su esperado vehículo eléctrico Omoda 5 en España. Inicialmente programado para comenzar en octubre de 2024 en la antigua planta de Nissan en Barcelona, ahora el inicio de la producción se pospone hasta octubre de 2025. Este cambio se produce como resultado de los aranceles provisionales impuestos por la Unión Europea a los vehículos eléctricos importados de China, lo que ha generado incertidumbre y tensiones comerciales en el sector.
Los aranceles, que podrían alcanzar hasta un 38%, se suman al impuesto de importación del 10% ya existente, lo que ha llevado a los fabricantes a replantear sus estrategias para el mercado europeo. Aunque las tarifas aún están sujetas a negociación entre Bruselas y Pekín, podrían formalizarse en noviembre de este año, a menos que los Estados miembros de la UE bloqueen su implementación. La postura de España es contraria a estos aranceles, según ha expresado el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez.
Impacto en los planes de Chery y la economía española
El retraso no solo afecta a Chery, sino también a los planes económicos de España. La planta de Barcelona, gestionada en conjunto por Chery y la marca española Ebro, esperaba crear más de 1.000 puestos de trabajo para finales de 2024. Sin embargo, la demora ha generado fricciones con los trabajadores, quienes esperaban comenzar a trabajar a tiempo completo desde este mismo mes en la producción del Omoda 5 100% eléctrico. Ahora, las versiones híbridas y de combustión interna del modelo también se verán afectadas.
En un intento por mitigar el impacto de este retraso, los sindicatos han propuesto que los trabajadores sean empleados a tiempo completo en tareas de formación y en la renovación de las instalaciones hasta que comience la producción. Esta situación ha causado malestar, ya que la planta tenía programado comenzar con más de 600 empleos a jornada completa este mes de octubre.
El apoyo del gobierno español a Chery
En un movimiento que contrasta con la postura de la Unión Europea, el Presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha expresado su oposición a los aranceles durante una reciente visita a China. En dicho viaje, Sánchez se reunió con altos ejecutivos de Chery, quienes reafirmaron su compromiso de invertir en España a pesar de las barreras comerciales.
La planta de Barcelona sigue siendo una pieza clave en la estrategia de Chery para consolidar su presencia en Europa. Se espera que la producción en la planta alcance los 150.000 vehículos anuales para 2029, incluyendo los modelos bajo la marca Ebro, cuyo lanzamiento está previsto para noviembre de este año. Esta planta tiene como objetivo recuperar unos 1.250 empleos que se perdieron con el cierre de las instalaciones de Nissan hace cuatro años.
Contexto del mercado automovilístico en España
El retraso de Chery coincide con un panorama automovilístico en España donde las marcas chinas están ganando terreno rápidamente. Además de Omoda, el grupo Chery quería ensamblar y producir el Jaecoo 7 en la Ebro Factory de Barcelona. El retraso de 12 meses por culpa de la batalla comercial de Europa contra China hace entender que todas las fases del proyecto sufrirán una demora similar, incluida la producción de los modelos propios de Ebro, cuya base son tanto el Omoda 5 como el mencionado Jaecoo 7.
El auge de las marcas asiáticas está transformando la industria automotriz europea en todos los segmentos: combustión, híbridos convencionales, híbridos enchufables y 100% eléctricos. China tiene una clara ventaja en las economías de escala y los costes de producción, lo que hace que las marcas europeas tengan muy difícil competir en un contexto inflacionario como el que atravesamos.
En España, la penetración de las nuevas marcas emergentes de China está siendo superior a la de nuestros vecinos debido al incremento del coste de la vida, las restricciones ambientales y los precios competitivos de estos modelos. El Omoda 5 se encuentra actualmente entre los 15 modelos con más matriculaciones en nuestro país.
La situación refleja la creciente competencia entre Europa y China por el dominio del mercado de vehículos, no solo los eléctricos. Las tensiones comerciales están obligando a los fabricantes a ajustar sus planes y estrategias. Marcas como MG están intentando hacer un bypass de estos aranceles a través de intermediarios como Tailandia, mientras que la industria europea intenta sobrevivir mediante las regulaciones de Bruselas.