Tras 6 años de descenso continuado, la Red de Carreteras del Estado aumenta su número de zonas peligrosas para el usuario según indica el último estudio iRAP del RACC
Durante el pasado mes de marzo, el RACC presentó la 20ª edición del Mapa de riesgo según la metodología iRAP que corresponde al trienio de 2020 a 2022. Pues bien, después de seis años de un descenso de la peligrosidad, en este último estudio se ha detectado un incremento de los tramos de la Red de Carreteras del Estado donde el usuario tiene un riesgo mayor de sufrir un accidente grave o, directamente, mortal.
Los tramos que implican ese riesgo representan un 7,8% del total de kilómetros de la RCE. Se pueden calificar entre ‘elevado’ o ‘muy elevado’. Comparando los datos actuales con lo que se analizaron en el estudio anterior se detecta un incremento del 0’5% de tramos de mayor riesgo. Se pasa de un 7,3% al mencionado ya 7,8%. Para tener una idea más clara, ese porcentaje representa una longitud de 1.974 kilómetros.
Si entramos en detalles, cabe destacar que el porcentaje de tramos de riesgo muy elevados se mantiene estable respecto a los datos recabados en 2017. Se ha pasado de un 2,9% a un 2,6%. El gran cambio se encuentra en los datos de tramos considerados de riesgo ‘elevado’. En ese dato casi se incrementa un 1% más que el período anterior. Ahora mismo el porcentaje de tramo es de un 5,2% cuando el anterior registro era de un 4,4%.
Fuente: RACC
Cabe también destacar que este estudio no incluye datos recogidos en el pasado año 2023 ni tampoco del primer trimestre de 2024. Por lo tanto, es posible que si se cogiera a día de hoy los mismos parámetros algunas de estas cifras variaran.
Comunidades autonómas con más tramos de alto riesgo
En la actualidad hay hasta 49 carreteras en la red española que contienen al menos un tramo de riesgo ‘elevado’ o ‘muy elevado’. La comunidad autónoma con un mayor porcentaje de estos tramos es Catalunya con un registro del 11% de sus carreteras. Sin embargo, si nos vamos a la cantidad total de kilómetros peligrosos, la comunidad autónoma con una mayor longitud es Castilla y León con 564 kilómetros.
En el lado puesto está la Comunidad de Madrid, que es la única de toda España que no contiene ningún tramo de riesgo ‘elevado’ o ‘muy elevado’. En segundo lugar se encuentra Murcia con tan solo un 1% de su red de carreteras.
Fuente: RACC
Cabe mencionar que Navarra solo tiene una carretera de la RCE mientras que País Vasco, Islas Baleares o las Canarias no cuentan con ninguna y por lo tanto quedan exentas de este estudio.
Si se profundiza más y ya se clasifica por provincias, el ranking lo lidera Huelva con un 22% de sus carreteras siendo tramos de riesgo elevados o muy elevados. El TOP3 lo completan Giron y Lleida.
Decrecimiento en general de tramos de riesgo pero más fallecidos
No hay que ponerse catastrófico tampoco. Y es que el índice de riesgo en el conjunto de la RCE se ha reducido entre 2010 y 2022, pasando de 15,3 a 6,1 en las vías de alta capacidad (-60%) y de 47,7 a 22,6 en las carreteras convencionales(-53%).
Como ya viene siendo tendencia el número de accidentes mortales es mucho mayor en carreteras convencionales a pesar de ir a una velocidad más reducida que en las autopistas o en las autovías. El índice de riesgo es cuatro veces mayor en carretera que en las vías de circulación de alta capacidad.
Desgraciadamente, el objetivo para 2030 de reducir el número de accidentes mortales hasta en un 50% cuesta de creer que se vaya a cumplir. Más que nada porque en 2022 se registraron más siniestros fatídicos que los registrados en 2019.
¿Qué es la metodología IRAP?
En España se analiza el riesgo de la red viaria con la metodología del International Road Assessment Programme (iRAP) desde el año 2003. Se basa en el cálculo de un índice de riesgo para cada tramo de carretera, definido como la relación entre el número de accidentes mortales y graves ocurridos los últimos tres (3) años y el volumen de circulación que soporta (expresado en términos de 1.000 millones de vehículos-kilómetro).
Esta metodología contabiliza los accidentes con fallecidos o con heridos graves registrados hasta 24h después del siniestro. Se considera que el número de ocupantes de un vehículo accidentado depende del azar, por tanto, se tienen en cuenta el número de accidentes y no el número de víctimas.