CdP: Un animal anda suelto en el Circuit

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Anda la F1 bastante revolucionada con la foto del Red Bull de Checo Pérez colgado de una grúa-pluma tras su accidente en la primera fase de la clasificación para el GP de Mónaco de la semana pasada.

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En la imagen se puede ver claramente el laborioso trabajo aerodinámico que contiene el fondo plano del RB19 suspendido en las alturas por un operario que, dicen, parecía estar especialmente “motivado” para elevarlo hasta tal punto que permitió dejar al descubierto uno de los secretos mejor guardados del coche dominador de la temporada, y dicen que también una de las claves que justifica su eficaz comportamiento.

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Con la moral en lo más alto

Como en las nubes parece estar también la afición española que este fin de semana hará explotar las gradas y las pelousses del Circuit de Catalunya para su edición número 33 -la 33, sí- del GP de España en Montmeló que se presenta con enorme expectación alrededor del papel que puedan hacer los pilotos españoles en la séptima carrera del año.

Este jueves tuve la oportunidad de charlar con Fernando Alonso y con Carlos Sainz, y os aseguro que ambos están con las pilas cargadas a tope.

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“Disfrutando como nunca”, me respondió el asturiano a mi pregunta de “¿Cómo estás?” apenas verle.

Su entusiasmo se contagia, como se pudo ver en la comparecencia que hizo en la Fan Zone que Aston Martin preparó en Barcelona. El mismo que expresaron quienes se entusiasmaron con la asistencia de Carlos Sainz en el F1 Village que el Circuit montó en el Port Vell para “calentar” la carrera en el corazón de la ciudad.

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Ese ”fervor” se volvió a sentir en la sesión de firma de autógrafos en el pit-lane de Montmeló. Hay ganas de carreras, hay ganas de victoria. La motivación es extrema. Y por eso, como dijo Sainz, “este es para mi un GP muy especial. Me cuesta creer que ya han pasado nueve años desde mi primera carrera aquí, con un Toro Rosso”.

La afición española hará estallar el Circuit este fin de semana, porque a motivación no hay quien la gane.

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Catedrático en motivación

Entre las muchas críticas que se han hecho a Fernando Alonso a lo largo de su dilatada trayectoria en la F1 se ha dicho muchas veces que la forma de terminar su relación con algunos equipos no fue la mejor.

Su manera de acabar con McLaren en su primera etapa con los de Woking, o con Alpine más recientemente, son una muestra.

Está claro que el asturiano -que presume de ello- no pasará a la historia por su diplomacia. A sus casi 42 años, sin pelos en la lengua ni ninguna necesidad de quedar bien con nadie, el bicampeón siempre ha hablado claro y jamás se ha guardado nada en el buche. Le admiro por su estilo de pilotar, pero también por esa manera de hacer determinadas cosas (no todas, claro).

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La forma como está motivando también a los integrantes de Aston Martin debería estudiarse en las escuelas donde se supone que enseñan lo que es “crear un ambiente de trabajo en equipo”, eso que la modernura bautiza como “team building”.

Tras Mónaco, Alonso sumaba 93 puntos. Para cualquier escudería que un piloto sea capaz de aportar ese botín en tan solo seis carreras es un exitazo, más allá de lo que supone la transformación de puntos en dinero como garantiza el baremo de premios gestionado por los promotores del certamen.

¿Cuánto hace que no veíamos a un conjunto de mecánicos tan hipermotivado con su piloto como el de Silverstone? Razones no les faltan.

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En Mónaco, Alonso se ganó el derecho a poner un pie en el cajón más alto del podio. No pudieron ser los dos, pero más pronto que tarde sucederá. En Barcelona será complicado, pero si llueve…

La frase final a través de la radio es otro ejemplo de esa capacidad de motivación que tiene con su gente: «No puedo ir más rápido. Sea cual sea la posición final, es lo máximo que tenemos. Muy bien chicos, no estéis decepcionados. Sí, ¿quién hubiera imaginado esto hace dos meses?«.

Un “animal” al volante

El sábado de calificación soltó un “he tirado como un animal” cuando se quedó a solo 84 milésimas de la pole de Verstappen. Y el domingo, tras la carrera monegasca reflexionó: «Nosotros igual no somos los más rápidos; pero tampoco lo éramos en 2010 ni en 2012; y en 2010 llegamos a Abu Dabi, y en 2012 a Brasil con opciones de ganar el Mundial». Alonso continúa tercero, a tan sólo 12 puntos de Checo, segundo. Fernando no va a tirar la toalla, y en el Circuit han llegado más novedades para el Aston Martin.

Ahora le toca a la afición “tirar como animales” desde la grada. Alonso lo merece; se lo ha ganado.

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XPB-IMages

Alonso no es mágico. Alonso es real, sin trucos ni trampas. El, que es tan aficionado a los números de prestidigitación, sabe que lo que cuenta es el trabajo, que ilusionarse no es lo mismo que hacer ilusionismo.

Y ha sido precisamente la realidad la que le ha privado de tener un palmarés aún más amplio, por si el acumulado hasta el momento a alguno le pudiera parecer poco.

Y es también precisamente ese “tocar de pies en el suelo”, no especular, atenerse fielmente a la realidad, lo que mantiene intactas todas sus esperanzas de convertir en realidad su máximo anhelo: la 33ª victoria.

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Estoy muy contento, mucho, con el segundo puesto de Mónaco”, dijo este jueves en el Circuit, donde sabe que el objetivo es complicado aquí, pero no imposible.

Hay que creer en El Plan. ¡Ahora sí!

 

 

 

 

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by Josep Lluís Merlos

Periodista, como Tintin. Cuando empecé a publicar (con 13 años) mis crónicas en la revista Motociclismo, yo quería dar la vuelta al mundo, subirme a la luna en un cohete rojo y blanco y viajar hasta el Tibet en moto.

Un día me llevaron a Montjuic, olí la gasolina y me enamoré. Allí fue la primera vez de casi todo. Y aquí sigo, casi 50 años después, escribiendo y hablando de coches y motos, tras haber pasado por unas cuantas revistas, periódicos, emisoras de radio y cadenas de televisión.

He visto centenares de carreras en todos los circuitos, pistas, carreteras y desiertos de todo el mundo. Y me siguen gustando tanto como aquel primer día. Pero lo del cohete aún lo tengo pendiente.

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